La eliminación en 2018 de los requisitos de flota mínima a instancias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, unido a la posterior supresión por el Tribunal Supremo de la antigüedad máxima de los vehículos de transporte de mercancías, han contribuido, según indica Fenadismer, a que en estos años se haya invertido la tendencia que venía produciéndose en las últimas dos décadas de incremento de la presencia de la empresas mercantiles en detrimento de la figura del autónomo, que en todo este período ha reducido su presencia en más de 20 puntos en favor de las sociedades.
De este modo, la desregulación total para acceder al sector, así como la tributación simplificada y de menor carga fiscal en el caso de las personas físicas, han permitió invertir dicha tendencia, de forma especialmente acusada en el último año en el que los autónomos han vuelto a crecer de forma considerable tanto en valor absoluto como porcentualmente.
Así conforme al estudio comparativo llevado a cabo por Fenadismer en base a los datos que constan en el Registro Público de Empresas de Transportes que depende del Ministerio de Transportes, se constata que los autónomos han incrementado su presencia en tan sólo 12 meses en más de un 3% en el sector, que contrasta con la reducción de la presencia de las sociedades mercantiles en un 1% y de las cooperativas en casi un 4%.
De hecho, a 1 de enero de 2022 los autónomos representaban ya el 56´7% del total de empresas en transporte pesado, frente al 42´1% de las empresas mercantiles y del 0´8% de las cooperativas. Por su parte, en el transporte ligero destaca aún una mayor predominancia de los autónomos con el 74´7% de presencia, por sólo el 24´6% de las sociedades mercantiles y el 0´5% de cooperativas.
Esta predominancia en el sector de la figura del autónomo requiere el establecimiento de una norma legal que permita equilibrar las relaciones comerciales de los transportistas con sus clientes, en la mayoría de los casos grandes empresas cargadoras e intermediarios, ya que en la actualidad la contratación de sus servicios no se realiza en la mayoría de los casos a pie de igualdad, sino mediante la imposición de las condiciones de trabajo, siendo una muy buena oportunidad para ello la aprobación de la Ley de Cadena del Transporte que el Gobierno se ha comprometido a aprobar en los acuerdos suscritos con las asociaciones de transportistas a finales del pasado mes de marzo, cuyos objetivos deben basarse, a juicio de Fenadismer, en permitir que los transportistas realicen su actividad en condiciones de rentabilidad, así como en regular la cadena de subcontratación, limitando la presencia de aquellos intervinientes que no aportan valor añadido a la actividad del transporte sino que sólo contribuyen a degradar las tarifas a percibir por los transportistas efectivos.
En términos de tecnología, las compañías incorporan sistemas de inteligencia artificial y análisis predictivo, además están adoptando medidas para reducir su impacto medioambiental y cumplir las regulaciones internacionales, y cómo no puede ser de otra manera buscando personal cualificado.
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