No cabe duda de que nuestro sector gana peso en el consumo de los españoles, cada vez los congelados y refrigerados tiene más importancia en la cesta de la compra, y para que esa cesta se llene en la cadena de valor de estos productos su almacenaje a temperatura controlada es crítico. Y ahí están los almacenes frigoríficos de servicio público permitiendo a las empresas hacer llegar los productos perecederos a sus clientes.
Esta perspectiva positiva; que viene refrendada por datos de las últimas estadísticas recogidas por ALDEFE como asociación de ámbito estatal que agrupa a los frigoríficos de servicio público, con un volumen de ocupación que fue del 80´2%, no deben de tapar la visión a medio y largo plazo de nuestro sector.
No hay duda de que las empresas frigoríficas se enfrentan a grandes retos; el exagerado coste de la energía, el aumento exponencial de las primas de seguro, el incremento de los insumos necesarios para dar servicio a las empresas… hacen que se atisben nubarrones, no ya en el futuro, sino en el presente. Los costes disparados han hecho que pese a la buena facturación media la rentabilidad haya caído mucho más de lo esperado. Por añadidura, no se ha podido repercutir el coste de estos incrementos a los clientes, muchos de los cuales tenían encuadrados sus servicios en un contrato con unos costes acordados y hasta el vencimiento de estos no se podrán actualizar.
Pero toda dificultad tiene su oportunidad, nuestro sector dadas las circunstancias ha sido enormemente proactivo en la optimización de los recursos escasos; han implantado mediadas de funcionamiento adaptando su actividad con turnos de trabajo orientados a disminuir los costes ligados a la explotación de los frigoríficos, han incorporado tecnologías novedosas de forma significativa ( como es el caso de la energía fotovoltaica), mejorando los sistemas de aislamiento, compresores y evaporadores, han negociado sus contratos energéticos para mejorar la tarifa, han ajustado los costes fijos de la tarifa regulada de la factura energética todo ello les ha dotado de una sustancial mejora en la capacidad de competir en el mercado, aunando ajustes y productividad.
Todo esto unido a la profunda especialización que posee el sector hace que afrontemos las dificultades enunciadas con la esperanza de poder poco a poco normalizar el sector.
Y ligada a esta normalización que permitirá dar el servicio de frío que los clientes necesitan para hacer llegar a los consumidores los productos a temperatura controlada ALDEFE pone énfasis en aspectos como la electrointensividad de nuestro sector, característica no reconocida por la administración y que, sin embargo desde ALDEFE se defiende como fundamental; o el uso de refrigerantes A2L respetuosos con el medio ambiente en instalaciones frigoríficas adecuando las existentes a la normativa y no sustituyéndolas por nuevas instalaciones con el coste que supone o una unificación normativa en materia de seguridad antincendios que permita homogeneizar el sector y facilitar su aseguramiento a un coste razonable. En definitiva, justas reivindicaciones que redundan en más competitividad sectorial, mejores servicios, más descarbonización y un paso en el cumplimiento de los objetivos de eficiencia energética que nuestro país necesita.
Artículo de opinión publicado en el nº282 de Logística Profesional (pág 29)
Fenandismer denuncia que en los requisitos y condiciones exigidos, la norma solo prevé la posibilidad de adquirir un turismo o una furgoneta tanto nuevo como seminuevo.
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