La digitalización de la gestión documental en el transporte es una tarea pendiente en el sector de la carretera, bien sea por inseguridad regulatoria; indefinición respecto a quién debe liderar el cambio dentro de la cadena; o rechazo al cambio por parte de los actores.
Con la pandemia aprendimos que la digitalización es posible y que, además, trae consigo múltiples beneficios. Este aprendizaje no puede olvidarse y se debe seguir fomentando la transformación digital en el transporte de mercancías por carretera para mejorar las operativas de transporte, ganando seguridad, eficiencia, flexibilidad y transparencia.
El principal hándicap del sector de la carretera es su atomización. Por ello, es esencial que las empresas de mayor tamaño y los cargadores sean quienes impulsen el cambio y apuesten por la carta de porte electrónica y el documento de control y el albarán digitales.
Si bien es cierto que la digitalización de la documentación en el transporte cuenta con una serie de ventajas competitivas indiscutibles, la inseguridad regulatoria que la acompaña no favorece su completa implementación.
En la actualidad, el documento electrónico de transporte se ve afectado por múltiples iniciativas regulatorias, lo que dificulta contar con un mapa normativo y de implantación claro.
Mientras que la última modificación del ROTT aclara todas las incertidumbres en lo relativo a la firma, custodia y verificación de la carta de porte electrónica, hay otras normativas como el Reglamento eFTI, el Reglamento (UE) 2020/1055 y la Ley de Movilidad Sostenible que afectarán de forma directa a su uso. Sin embargo, todavía no se definen los horizontes temporales para su entrada en vigor.
Por eso, es de especial importancia que el sector de la carretera adopte un cambio cultural en cuanto a la documentación digital del transporte, especialmente la carta de porte electrónica. Es vital que todos los agentes implicados interioricen que el eCMR va más allá de una cuestión normativa y de cumplir con la obligatoriedad. Adoptar un sistema de eCMR se trata de fomentar la colaboración entre los diferentes agentes intervinientes, lo que impulsa la competitividad de cada empresa y del sector en general.
Como ya hemos indicado, el principal beneficio de la digitalización de la gestión documental es la optimización de las operativas de transporte.
Esto se debe a que la digitalización de la documentación impulsa la transparencia, agiliza la facturación e incrementa la visibilidad de toda la cadena de suministro, lo que mejora las relaciones entre los agentes que intervienen en las operativas de transporte.
Por otro lado, la digitalización permite una gestión más eficiente de los documentos, lo que deriva en una reducción de los costes de gestión y una custodia más segura y económica de los documentos. Además, impulsa la sostenibilidad del sector de la carretera.
En esta línea, según nuestros cálculos, el retorno de la inversión de adoptar el sistema eCMR es, como mínimo, del 80%.
Con todo ello, es indiscutible que los beneficios superan cuantitativa y cualitativamente a las barreras para la implementación de sistemas de gestión documental.
Por ello, esperar a la obligatoriedad no debería ser la estrategia a seguir en un entorno cambiante e incierto y en un contexto de plena revolución digital. Aquellas empresas que apuesten ya por la gestión documental en el transporte no solo están reforzando su competitividad presente, si no que habrán cogido una amplia ventaja a las empresas que no lo han hecho en el momento de la entrada en vigor de la obligatoriedad del uso de la documentación electrónica en el transporte.
Artículo de opinión publicado en el nº292 de Logística Profesional (pág 42)
Comentarios