Si se me permite opinaré sobre transporte. Hace 25 años el transporte estaba en plena expansión en nuestro país. Las empresas paqueteras se reconfiguraban poniendo el foco en la internacionalización y la especialización sectorial de sus actividades. Aunque siempre competido, el mercado tenía suficiente tarta para todos. Nombres comerciales, hoy extintos o rebautizados como La Guipuzcoana, Ochoa, Spain-TIR, Azkar, Bilbaínos, Souto, Buytrago o T2 Transportes se asociaban con agencias provinciales para crear redes potentes y con mayor capacidad. Se apostaba por segmentos como la entrega express de documentación y pequeña paquetería, haciendo que el modelo de franquicia irrumpiera en el sector subido en una prometedora ola económica expansiva. Las grandes industrias fabricantes iniciaban procesos de externalización logística para centrarse en su core, al mismo tiempo que llegaban las primeras automatizaciones masivas con clasificadores y lectores automáticos de códigos de barras enfocando al sector a la integración informática entre cliente y especialista logístico o transportista. Desde mediados de los 90 hasta la crisis global de 2008 el transporte vivió momentos dulces. El crecimiento de PIB en España creció un +164% y creo que el negocio logístico supo alinearse con el ciclo económico.
Tras el inicio de la crisis financiera hasta 2015, la actividad en muchos sectores cayó en un espacio de tiempo breve reduciendo el PIB español más de un 26%. De esta época destacaría los esfuerzos por optimizar procesos apoyándonos en los sistemas y tecnologías de la información. Detrás de este hito subyace el concepto de eficiencia y el ahorro en costes que se hacía cada vez más necesario en la estrategia de operaciones de fabricantes y distribuidores. Los sistemas de integración de flujos físicos, informativos y administrativos, la automatización de procesos de preparación y clasificación de mercancía, la utilización de software para optimizar rutas, la expansión de la radiofrecuencia, la tecnología GPS o la web 2.0 fueron hitos destacables en ese momento de ciclo bajista.
A partir de ese momento la clave de la recuperación y visión de futuro se centró en la web 3.0, la eclosión de Google Maps, el AI (inteligencia artificial), la Nube, el 4G o la IoT (Internet de las cosas) siendo muchas de ellas clave en la revolución del transporte. La evolución de los equipos de manutención, control y seguridad en los procesos de almacén y distribución son hitos también destacables.
De la aparente recuperación de 2015 hasta la llegada de la pandemia, el transporte se ha centrado en trabajar mucho más la especialización sectorial y en desarrollar revoluciones tecnológicas que han aparecido en los últimos años como el vehículo con pila de combustible, la robótica, los drones autónomos o el Big Data. Los próximos 25 años se antojan fascinantes para nuestro sector.
¡Felicidades a Logística Profesional por su aniversario!
Articulo de opinión publicado en el nº279 de Logística Profesional (pág 56)
La incorporación de nuevos desarrollos tecnológicos ha sido fundamental para las compañías a la hora de ser más eficientes en estas épocas del año, beneficiando la planificación de volúmenes o el diseño de rutas. Todo ello, bajo el objetivo compartido de lograr entregas cada vez más sostenibles.
Los datos de la clasificación realizada por Financial Times y Statista reflejan una tasa de crecimiento medio anual del 27,3% entre 2013 y 2023, o un crecimiento absoluto del 273% en este periodo.
España se sitúa como el país con una menor brecha de género a nivel global con un 54,7% de trabajadores formados en IA que son hombres y un 45,2% de mujeres. En el mundo, predomina el talento masculino con un 71% sobre el 25% del femenino según el promedio global. Esto sugiere un entorno más inclusivo y con mejores oportunidades para las mujeres en el ámbito de IA en España.
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