La llamada ‘era del caos’ en la que vivimos, implica que afrontemos el constante cambio de forma ágil. La digitalización es el elemento fundamental para ser competitivos en este complicado entorno cada vez más exigente. Hemos dejado atrás la descripción del entorno VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo, de sus siglas en inglés), para dirigirnos al mundo BANI (acuñado por Jamais Cascio): Brittel, Anxious, Nonlinear, Incomprehesible. Es decir: nos enfrentamos a un reto constante, difícil de entender e imprevisto.
¿Qué podemos hacer para abordar el reto del caos mientras apostamos por una logística 4.0?
Siempre insisto en que la digitalización por sí misma no tiene sentido, pero ante un sector transversal como el nuestro, la logística también es responsable de su impacto en el resto de las actividades económicas. Si queremos alcanzar la revolución 4.0, tenemos que insistir en que la digitalización de operaciones y procesos ha llegado para quedarse y que cuanto antes se aborde, antes obtendremos sus beneficios. Para ello, me detendré en algunos de los aspectos que considero más clave.
Como primer gran reto, pero también ventaja, abordemos la digitalización desde una perspectiva de inmersión global y colaborativa: tanto de las organizaciones, como de sus miembros, clientes, partners, proveedores...
Para ello, es necesaria una gestión del cambio dirigida a darle valor a los profesionales, sustituyendo tareas monótonas hacia actividades de mayor valor añadido. Y esta tiene que llegar a todos. Tenemos que ir a volumen de uso y no sólo para los que puedan permitirse el desembolso en grandes desarrollos.
En segundo lugar, y no por ello menos importante, están los beneficios medioambientales que supone la aplicación de tecnologías para eliminar procesos físicos. En el ámbito que domino, la combinación de blockchain e inteligencia artificial aportan la automatización en las gestiones de forma descentralizada, dando visibilidad, transparencia y seguridad a la operación.
Una respuesta perfecta a ese cliente final que exige a las marcas una responsabilidad que pasa por la vigilancia en sus procesos y operativas. Un reto que se extiende desde el origen de los componentes y las materias primas, a la entrega del producto final.
Empleando estas tecnologías, el creador mantiene la gobernanza del dato y puede sustituir documentos físicos por eDocs y Smart Contracts, conteniendo así la huella de carbono (tanto por la eliminación de papel como por la reducción de desplazamientos) y a cambio de mayor seguridad en los documentos compartidos.
Las herramientas de análisis y seguimiento también serán clave para adelantarnos a los acontecimientos y contar con una toma de decisiones ágil a las normativas de movilidad europea (como el inminente Reglamento eFTI 2020/1056), los retos derivados del Brexit o de las interrupciones de las cadenas de suministro.
Precisamente, mientras escribo estas líneas, la escasez de huevos protagoniza los titulares en torno a la cesta de la compra. En esta necesidad de ‘controlar el caos’ , es fundamental que desde las áreas de logística y aprovisionamiento exista rapidez en la toma de decisiones, empleando análisis predictivos basados en la recopilación de datos para conseguir así una reacción ágil ante estos sucesos imprevistos.
Por último, insistir que el 4.0 sólo podrá construirse reforzando el perfil de los profesionales, adaptando sus competencias a los requerimientos de la transformación digital, la automatización en las fábricas y los nuevos modelos de movilidad sostenible.
Artículo de opinión publicado en el nº283 de Logística Profesional (pág 22)
La incorporación de nuevos desarrollos tecnológicos ha sido fundamental para las compañías a la hora de ser más eficientes en estas épocas del año, beneficiando la planificación de volúmenes o el diseño de rutas. Todo ello, bajo el objetivo compartido de lograr entregas cada vez más sostenibles.
Los datos de la clasificación realizada por Financial Times y Statista reflejan una tasa de crecimiento medio anual del 27,3% entre 2013 y 2023, o un crecimiento absoluto del 273% en este periodo.
España se sitúa como el país con una menor brecha de género a nivel global con un 54,7% de trabajadores formados en IA que son hombres y un 45,2% de mujeres. En el mundo, predomina el talento masculino con un 71% sobre el 25% del femenino según el promedio global. Esto sugiere un entorno más inclusivo y con mejores oportunidades para las mujeres en el ámbito de IA en España.
Comentarios