No existe un material de embalaje que sea el más adecuado para proteger tanto el producto como el medio ambiente de forma óptima. Por este motivo, ninguna forma de embalaje puede, y debe, ser etiquetada como ecológica. Sin embargo, persisten ciertos prejuicios y conceptos erróneos.
Numerosos estudios ya han dejado claro que no tiene sentido demonizar materiales individuales. Un estudio reciente del Instituto Ifeu en nombre de la Unión Alemana para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU) sobre el impacto ambiental de las formas comunes de envasado de alimentos muestra claramente que se debe utilizar el mejor tipo de embalaje para cada aplicación específica, ya sea de chapa, vidrio, papel o plástico.
Esta pregunta no es solo tema de debate político y social, también preocupa a muchos consumidores cuando van de compras. Después de todo, como muestra claramente incluso el ejemplo de aquellas tiendas que solo venden productos sin envasar, no es posible transportar productos sensibles, como alimentos, sin embalaje. Y no solo por razones logísticas: el embalaje también protege los productos de daños y deterioro prematuro.
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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