Aún estando en periodo de pandemia y con la contracción en consumo que ello supone a nivel global, el e-commerce se mantiene en crecimiento. Y es que no solo ha crecido un 4,5% a cierre del tercer trimestre 2020 frente al acumulado del año anterior, si no que se han batido récords históricos tanto en transacciones como en facturación, llegando a alcanzar los 37.064 millones de euros y 729,9 millones de transacciones según datos de la CNMC.
El e-commerce sigue creciendo y por el impacto de la COVID-19 se ha reforzado su crecimiento, ya que debido a esta en algunos productos se ha llegado a incrementos de un 70% y no solo ha aumentado el número de compras sino también el número de nuevos compradores. De hecho, más de un 10% de los compradores online fueron nuevos compradores, es decir, nunca antes habían realizado una compra online y el 40% adquirieron productos en tiendas online en las que nunca antes habían comprado antes.
Y de cara a ver el posible cierre de 2020, y, el avance de 2021, solo tenemos que mirar al gigante Amazon que ha triplicado sus ganancias en el primer trimestre de 2021 frente al año anterior, llegando a la escalofriante cifra de 6.706 millones de euros de beneficio neto y 89.700 millones de euros de ventas solo en el primer trimestre de 2021.
Sin embargo, no hay que olvidar que este modelo de compra tiene un alto impacto en los hábitos de consumo, en la movilidad en las ciudades y en el medioambiente, sobre los que todos podemos actuar pero que en la mayoría de los casos, el consumidor final no es consciente o no tiene opciones para poder elegir minimizar su impacto.
El e-commerce implica un mayor número de vehículos en la ciudad, mayor ineficiencias operativas, menor efectividad en las entregas, además de otros impactos como el aumento de residuos como el producido por los embalajes, ruido, o accidentes de tráfico.
Sin olvidar los perjudiciales hábitos de consumo que se están creando en la sociedad asociados exclusivamente al e-commerce, como la superurgencia o el incremento de devoluciones.
La superurgencia, que se genera muchas veces de forma innecesaria en el consumidor, dificulta planificar las entregas con antelación y optimizar las diferentes rutas o la capacidad de carga de los vehículos, lo que genera un mayor impacto ambiental directo e indirecto al congestionar también las zonas en las que operan.
Además del impacto en las devoluciones, que en muchos casos son sin coste adicional para el cliente, y que siguen aumentando año tras año, incorporándose como una parte más dentro del hábito de compra. El “me lo compro, lo pruebo y lo devuelvo” influye en que alcancemos un 20% de devoluciones, 30% si se trata de ropa y que en campañas como el Black Friday o similares lleguen al 50%. De hecho, España es el cuarto país europeo con más devoluciones.
Y todo esto choca con alcanzar la neutralidad climática en 2050 establecida en el Pacto Verde Europeo, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética recientemente aprobada, que establece la obligatoriedad de establecer zonas de bajas emisiones en menos de dos años a 148 municipios o la Ley de Movilidad Sostenible y Financiación, del Transporte pendiente de aprobación.
Conscientes de que el e-commerce es clave y seguirá creciendo, ya que se ha posicionado como una solución para ayudar a que los negocios sigan funcionando en situaciones como la vivida, urge la necesidad de que como consumidores exijamos que ese e-commerce sea sostenible.
Porque son muchas las organizaciones comprometidas que trabajan en reducir su impacto, tanto de su producto como de la forma en la que lo ponen en el mercado. Pero, ¿qué pasaría si involucrásemos al e-commerce y al consumidor en este proceso?
Según la OCU, el 73% de los españoles hace sus compras teniendo en cuenta motivos éticos o ecológicos. Luego falta que seamos conscientes del impacto ambiental, pero también económico y social que generamos con nuestra decisión de compra y empecemos a primar a las organizaciones que lo hacen bien.
Y así surge el Compromiso “Entrega Sostenible” que se presenta oficialmente en el marco de la European Green Week, impulsado por la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible, cuyo objetivo es poner en valor al e-commerce comprometido con la sostenibilidad y favorecer la toma de decisión consciente por parte del consumidor, promoviendo un consumo responsable entre la sociedad, generando un mayor compromiso con las sostenibilidad entre las organizaciones y empoderando a los consumidores como agentes de cambio con su decisión de compra.
La ‘entrega sostenible’ facilitará que el consumidor en la toma de decisión de compra se convierta en un consumidor consciente, empoderado, prime a empresas comprometidas e impulse cambios con impactos positivos
Inicialmente se lanza con una alianza con Slow Fashion Next, la organización referente en moda sostenible, por ser un sector de gran impacto en la que las marcas se están diferenciando por su compromiso con la sostenibilidad y cuya venta online ha elevado su cuota de mercado sobre la facturación total del sector del 9,3% al 19,4%. Además de este compromiso de divulgación entre la comunidad de e-commerces y profesionales de la moda sostenible, también cuenta con la adhesión de organizaciones comprometidas con una “Entrega Sostenible” como Nacex, Mondial Relay o Txita entre otras, aunque el objetivo es extenderla al resto de sectores y seguir sumando alianzas con e-commerces y organizaciones comprometidas con una Entrega Sostenible.
El uso del sello ‘Entrega Sostenible’ es gratuito, pero conlleva la aceptación voluntaria de la consecución y la mejora continua de los puntos identificados en el manifiesto Compromiso “Entrega Sostenible”. De manera que cuando un cliente ve en la web el sello ‘Entrega Sostenible’, implica que la organización a la que compra se compromete de forma voluntaria a poner su producto en el mercado o a transportar los productos de otros de la forma más sostenible posible, al igual que a ofrecer al consumidor información que le facilite elegir la opción más sostenible en el momento de compra, aplicando criterios como el tipo de envío, forma de entrega, la devolución o el embalaje entre otros.
Un sello que facilitará al consumidor la información y las opciones más sostenibles disponibles para que, en el momento de toma de decisión, se convierta en un consumidor consciente, empoderado, prime a empresas comprometidas e impulse un cambio con impactos positivos y que ayudará a poner en valor a las organizaciones comprometidas con una Entrega Sostenible.
May López, directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible
(Artículo publicado en Logística Profesional, nº 267 - páginas 18-19)
En términos de tecnología, las compañías incorporan sistemas de inteligencia artificial y análisis predictivo, además están adoptando medidas para reducir su impacto medioambiental y cumplir las regulaciones internacionales, y cómo no puede ser de otra manera buscando personal cualificado.
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