La logística está cambiando. Ya no se trata solo de mover mercancías, sino de anticiparse, aportar valor y hacerlo de forma inteligente, sostenible y eficiente. Bienvenidos a la era de la Logística 4.0: donde la tecnología es protagonista… pero las personas siguen al mando.
Inteligencia artificial, análisis de datos, IoT, automatización… La revolución ya está aquí. Los algoritmos predicen, optimizan, deciden. Pero ojo: no todo lo que se puede automatizar, debe hacerse. No toda predicción es válida si no se cuestiona. La clave está en el “para qué”.
La tecnología, por sí sola, no transforma. Lo hacen las personas que la usan con sentido, con criterio y con propósito. Porque detrás de cada dato hay decisiones que impactan en negocios, personas y cadenas de suministro.
Y no, las máquinas no nos van a sustituir, nos van a liberar de tareas repetitivas, harán los cálculos a una velocidad que no está al alcance de las personas. El talento humano se va a potenciar dejando a un lado apagar fuegos para a diseñar estrategias. Pasando de mirar el pasado a modelar escenarios futuros.
Pero para eso necesitamos algo más que herramientas: necesitamos talento con visión, con formación, con ética. Personas que no se deslumbren por un dashboard si no está alineado con el propósito de la organización y con el aporte de valor a cliente.
Y sí, también necesitamos hablar de ética. De sesgos. De impactos reales. De transparencia. Porque una mala predicción no solo cuesta dinero: puede romper relaciones, excluir proveedores o dejar clientes sin respuesta.
Esto va de cultura. De liderazgo con visión. De entornos colaborativos, abiertos al error y al aprendizaje. Porque la tecnología no funciona bien en culturas rígidas. Y porque digitalizar sin transformar mentalidades… es solo maquillaje.
¿Estamos preparados para dejar de hacer las cosas como siempre?
Porque solo si entendemos que la digitalización no es un fin, sino un medio, podremosusarla con sentido. Con estrategia. Con visión.Y entonces sí: lograremos que esta revolución tenga impacto. Que los datos nosayuden a decidir mejor. Que los algoritmos nos permitan anticiparnos. Que las herramientas estén al servicio del propósito, y no al revés.
Porque la logística del futuro, que ya está aquí, se construye con tecnología, sí, pero,sobre todo, con personas inquietas.
Artículo de opinión publicado en el nº301 de Logística Profesional (pág 22)
El sector logístico se enfrenta a un desafío crucial: atraer y retener a los mejores profesionales en un entorno cada vez más digital y competitivo. La clave ya no es solo el salario, sino ofrecer un entorno laboral atractivo, con oportunidades de desarrollo, conciliación y reconocimiento.
La Fundación Juan XXIII, promotora de la inclusión social y laboral de personas en situación de vulnerabilidad psicosocial, ofrece soluciones de transporte flexibles que se adaptan a diversas necesidades. Su red abarca transporte multimodal y entregas multipunto, tanto para clientes B2B como B2C.
Cada vez somos más las mujeres que decidimos participar en este apasionante sector. Sector que ‘atrapa’ y en el que, aunque nos enfrentamos a grandes retos, las oportunidades de crecimiento son enormes. Es momento de romper barreras y demostrar que la logística también es un sector para mujeres.
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