El último trimestre del pasado año cerró con una bajada del 0,25% en la ocupación en el sector de la logística y el transporte, con un total de 1.144.900 trabajadores, frente a los 1.148.000 de 2022, como muestra el Instituto Nacional de Estadística en la última Encuesta de Población Activa (EPA).
Antes esta situación, Francisco Aranda, presidente de UNO, ha señalado: “Estos datos constatan la desaceleración económica que preveían nuestras empresas para el comienzo de 2024, y que ha provocado una bajada en el número de ocupados para afrontar la campaña de rebajas. Son diversos los indicadores macro que nos hacen advertir de un estancamiento en la curva de crecimiento del empleo para este año”.
En esta línea, Aranda ha denunciado el impacto negativo de las últimas medidas laborales impuestas por el Ministerio de Trabajo, “que afectarán gravemente a las empresas y a su capacidad para generar empleos sostenibles y de calidad”.
“Proponer una subida del 5% del SMI, sin el consenso de los empresarios, en pleno proceso de desaceleración económica y sin apoyarse en políticas destinadas a incrementar la productividad, es una temeridad. Además, se trata de una medida carente de criterio técnico, especialmente grave si se tiene en cuenta que en España pagamos uno de los más elevados impuestos al empleo, y aún somos el único país de la UE con una tasa de paro de dos dígitos”, ha proseguido el presidente de la patronal.
Señala que lo mismo sucede con la reducción de la jornada laboral semanal, y afirma: “Significa un nuevo incremento de los salarios, tendría un coste empresarial de 64.000 millones de euros y supone otro zarpazo del Ministerio de Trabajo al diálogo social y a la propia negociación colectiva de los diferentes sectores y territorios. Todo ello, sin olvidar que vivimos en un país en el que existen casi cinco millones de empleados a tiempo parcial que quieren trabajar más horas”, ha subrayado el líder patronal.
“Estas nuevas medidas ideológicas de la ministra de Trabajo, unidas a las elevadísimas cotizaciones sociales que pagan nuestras compañías, parecen tener el único objetivo de reducir la ya de por sí castigada productividad empresarial, que se ha desplomado un 7,3% en lo que va de siglo, según el OPCE”, ha recordado el presidente de UNO.
“Las medidas que se adopten en los próximos meses serán cruciales para el futuro de la economía y nuestro mercado laboral, y deberán ir enfocadas a incrementar sustancialmente la productividad, sofocar la presión empresarial y fomentar activamente la captación y retención de talento. De lo contrario, la subida de costes y tipos de interés, la inflación, y la inseguridad jurídica tendrán un impacto difícilmente reversible sobre el volumen de nuestra actividad y, por tanto, sobre las cifras de empleo”, concluye Aranda.
La incorporación de nuevos desarrollos tecnológicos ha sido fundamental para las compañías a la hora de ser más eficientes en estas épocas del año, beneficiando la planificación de volúmenes o el diseño de rutas. Todo ello, bajo el objetivo compartido de lograr entregas cada vez más sostenibles.
Los datos de la clasificación realizada por Financial Times y Statista reflejan una tasa de crecimiento medio anual del 27,3% entre 2013 y 2023, o un crecimiento absoluto del 273% en este periodo.
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