El auge del comercio electrónico ha supuesto un incremento del 17% en los volúmenes mundiales de envío de paquetes entre 2013 y 2021, en la actualidad se entregan 500 millones de paquetes al día, y las previsiones indican un aumento de esta cifra. Esto ha beneficiado a la logística pero a la vez ha supuesto una mayor presión sobre las empresas de e-commerce para que cumplan las expectativas de entregas cada vez más rápidas.
Satisfacer estas demandas es fundamental; en un mercado competitivo, la capacidad de cumplir los pedidos más rápidamente es un valor diferencial. El coste es importante, pero la rapidez con la que se entregan los productos es un valioso argumento de venta.
Una entrega más rápida requiere eficiencia en la clasificación y el transporte. Requiere suprimir una etapa de la distribución, y eso cambiará las operaciones y los requisitos.
En la actualidad, las empresas de logística operan de formas ligeramente diferentes. Por ejemplo, algunas están basadas en la tecnología, mientras que otras utilizan el crowdsourcing para encontrar conductores individuales.
Lo que sí es coherente es la estratificación de los centros de distribución. Dependiendo del tamaño del mercado a cubrir, habrá tres o cuatro niveles. Los paquetes pueden empezar en un centro nacional o regional, pasando a hubs urbanos antes del tramo final en furgonetas de reparto. Cada nivel de la cadena de distribución clasifica y afina la zona de entrega. Y cada nivel aumenta el tiempo total de entrega.
Este sistema existe debido a la restricción del número de destinos que pueden clasificarse en un centro de distribución. La tecnología tradicional, que utiliza clasificadores de cinta cruzada, puede clasificar normalmente entre 50 y 100 destinos.
El último tramo del trayecto en furgonetas de reparto añade más restricciones al número de destinos de entrega debido exclusivamente al espacio disponible en la furgoneta. Las furgonetas más pequeñas pueden alojar entre 20 y 50 paquetes, y las más grandes, hasta 100.
Para acelerar los plazos de entrega, hay que prescindir de un hub. Lo ideal es trasladar los paquetes desde los grandes centros de distribución regionales directamente a la furgoneta de reparto. Pero para ello hay que tener capacidad para clasificar hasta 1.000 destinos de una sola vez, además de contenedores estandarizados para paquetes que puedan cargarse directamente en las furgonetas.
Los avances en tecnología robótica permiten a las empresas logísticas clasificar un número mucho mayor de destinos. Además, los robots móviles también pueden manipular paquetes de un tamaño no estándar mejor que la tecnología más antigua.
Hay un inconveniente: aunque prescindir de un centro de distribución puede agilizar las entregas en un 20% y reducir los costes en un 15%, se necesitan más conductores y furgonetas. Además, los contenedores estandarizados no pueden cargarse tan ajustados como los paquetes cargados directamente en la furgoneta.
Aunque el ganador obvio de este enfoque es la velocidad de entrega, hay un ahorro neto de costes cuando la satisfacción del cliente es poder entregar algo medio día antes. El plazo de entrega es un producto que puede venderse a los comerciantes y repercutirse en el consumidor. También hay otras ventajas. Menos etapas en la cadena de distribución implican menos posibilidades de que la mercancía se dañe o se rompa. Así, para alimentos y comestibles, entregas más rápidas significan que las compras llegan más frescas.
Para las empresas de logística, supone reconfigurar las necesidades inmobiliarias con menos centros, pero más grandes. Aunque no se reduzca necesariamente la superficie total, un menor número de edificios resulta más eficiente, con una dotación de personal más ágil y estructuras de gestión más sencillas. Suprimir una fase de las entregas es factible y, aunque todavía se encuentra en sus primeras etapas, es la dirección en la que se está moviendo el sector.
El gran cambio logístico en la última década ha sido el crecimiento de la paquetería, que ha superado el descenso de las entregas postales. La próxima gran evolución es utilizar la tecnología para retrasar la distribución y realizar entregas más rápidas.
La incorporación de nuevos desarrollos tecnológicos ha sido fundamental para las compañías a la hora de ser más eficientes en estas épocas del año, beneficiando la planificación de volúmenes o el diseño de rutas. Todo ello, bajo el objetivo compartido de lograr entregas cada vez más sostenibles.
Los datos de la clasificación realizada por Financial Times y Statista reflejan una tasa de crecimiento medio anual del 27,3% entre 2013 y 2023, o un crecimiento absoluto del 273% en este periodo.
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