Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que tienen una fecha clave: 2030, necesita el compromiso corporativo para mejorar los aspectos sociales, económicos y ambientales vinculados. Para ello, las compañías, además de aplicar su estrategia de sostenibilidad a su actividad directa, deben ser conscientes también de que su impacto real dependerá del balance de la cadena de valor formada por sus proveedores.
Ante ello, la Comisión Europea señala: “Las empresas son cada vez más responsables de los impactos medioambientales y sociales de sus procesos ascendentes o cadenas de suministro, que incluyen el uso ineficiente de los recursos, la pérdida de biodiversidad, los riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores, el trabajo infantil y forzoso, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los daños para la salud y el medioambiente derivados del uso de materiales peligrosos”.
No obstante, extender la estrategia de sostenibilidad a la cadena de suministro y asegurar su cumplimiento se complica si sus eslabones se sitúan en países con criterios laxos en ese aspecto, como advierte el coordinador del Observatorio de RSC en España, Orencio Vázquez. Según la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), las cadenas de suministro “son estructuras organizativas complejas, variadas, fragmentadas, dinámicas y evolutivas”. Una cosa es que una corporación vigile sus propias prácticas y otra que tenga control sobre sus proveedores más pequeños. Miguel Ángel Soto, de Greenpeace, atribuye a “la falta de transparencia y la complejidad de la cadena de valor” que las empresas no puedan “responder de manera efectiva por los impactos sociales y ambientales causados por proveedores y subcontratas”.
Un estudio firmado por Verónica H. Villena y Dennis A. Gioia, de la Universidad de Pennsylvania, analizó tres multinacionales consideradas como líderes en sostenibilidad: una automotriz, otra electrónica y una tercera de productos farmacéuticos. Revisaron un conjunto representativo de sus proveedores en México, China, Taiwán y Estados Unidos. “Encontramos problemas en todos estos países”, afirmaban los autores en la Harvard Business Review. Los proveedores mexicanos carecían de sistemas de gestión ambiental. En China y Taiwán descubrieron prácticas ambientales marginales, condiciones laborales peligrosas y problemas crónicos de horas extra. En Estados Unidos, tres de los siete proveedores presentaban altas concentraciones de sustancias químicas en el aire.
El origen de ese problema es complejo, no solo responde a la baja exigencia de algunos lugares, también influye la presión de los clientes sobre proveedores mucho más pequeños. “Con frecuencia realizan pedidos que superan su capacidad o imponen plazos poco realistas”, afirman Villena y Gioia.
Su investigación perfila, a modo de guía, cuatro medidas que las empresas han empezado a tomar para consolidar una cadena de valor responsable: establecer objetivos de sostenibilidad a largo plazo, exigir que los proveedores de primer nivel aprueben esos mismos objetivos, incluir a los proveedores de menor nivel en la estrategia general de sostenibilidad, y ampliar el programa de sostenibilidad de la empresa a proveedores de primer nivel.
Como subraya Michael D'Heur en ‘Sustainable value chain management’: “La organización debería utilizar la estrategia de la cadena de suministro casi como un modelo para el proceso de implementación”. De acuerdo con este experto, todos los objetivos deben dividirse en niveles de gestión individuales y alinearse con la gestión ejecutiva y los programas de incentivos en cada departamento. “Este proceso sirve además para identificar recursos, asignar presupuestos y confirmar períodos de implementación”.
Por su parte, la Comisión Europea propone siete escalones para que las empresas eleven la gestión sostenible a toda su red de proveedores:
-Rastrear su cadena de suministro para obtener una visión general del proceso de creación de valor.
-Identificar los impactos medioambientales y sociales significativos, evaluar los riesgos asociados y dar prioridad a las áreas de acción.
-Identificar lagunas, carencias y desarrollar medidas para mejorar su rendimiento cuando sea necesario.
-En consecuencia, adoptar estructuras y procesos internos enfocados a cumplir los objetivos de sostenibilidad y responsabilidad.
-Establecer los requisitos concretos para los proveedores y hacerlos vinculantes. Importante: crear un Código de Conducta de obligado cumplimiento para sus proveedores, que pueda integrarse en un contrato, de ahí su carácter obligatorio como requisito crítico para garantizar el cumplimiento y para poder continuar siendo proveedor de la empresa.
-A continuación, evaluar el rendimiento de los proveedores: comprobar y verificar sus autoevaluaciones o mejor, realizar auditorías independientes de proveedores periódicamente. Se puede recurrir a una empresa especializada. Para garantizar que los proveedores cumplan a largo plazo, es útil desarrollar sus capacidades mediante capacitaciones periódicas en sostenibilidad y responsabilidad.
-Por último, divulgar la información sobre el balance y el rendimiento de la cadena de suministro como parte de sus informes y reportes de sostenibilidad e información no financiera corporativos.
Además, en todo este proceso es sumamente importante que la empresa brinde apoyo y acompañamiento a sus proveedores para que puedan avanzar en su transformación sostenible. No es fácil, pero es necesario, según Villena y Gioia: “El peligro de no actuar es claro: una cadena de suministro es tan fuerte como su eslabón más débil”.
BBVA, enteidad encargada de recopilar esta información, ha promovido entre 252 de sus proveedores pymes formación en sostenibilidad. Se trata de pequeñas y medianas empresas que tienen contratos con BBVA en los países donde el grupo tiene presencia y que recibirán esta formación en el marco del programa de capacitación Proveedores Sostenibles del Pacto de las Naciones Unidas.
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
Comentarios