Ford dispone de una nueva gama de pantallas de protección que se pueden instalar rápida y fácilmente en una amplia selección de vehículos comerciales de la compañía, diseñadas para ayudar a los operadores a cumplir con los requisitos de distanciamiento social y ofrecer una mayor tranquilidad a los ocupantes.
Las pantallas están pensadas como complemento al equipo de protección personal (EPI) y los protocolos de higiene existentes de los operadores, y pueden instalarse en configuraciones que se adapten a especificaciones individuales. Están hechas de plástico de cloruro de polivinilo (PVC) transparente con correas integradas para una instalación sencilla, y pueden desinfectarse como parte de los procedimientos de desinfección del interior de los operadores. Las ventosas extraíbles se fijan al interior de las ventanas para proporcionar puntos de fijación discretos para las correas, que también se fijan a los accesorios existentes en la cabina. Los usuarios pueden montar, ajustar y retirar las pantallas rápida y fácilmente sin necesidad de modificaciones interiores, y el diseño permite que las pantallas se empaqueten en plano para su almacenamiento.
Las pantallas se pueden montar para ofrecer cuatro configuraciones separadas, dividiendo las cabinas de delante a atrás y de izquierda a derecha según se desee, para proporcionar la configuración ideal según las necesidades de cada operador. Los lugares de instalación son:
Además, Ford está investigando soluciones avanzadas para dividir el interior de las cabinas, lo que también podría ayudar a mejorar la eficiencia de combustible y energética de los vehículos en el futuro. La compañía ha patentado recientemente un sistema que puede desplegar paredes automatizadas y deformables en múltiples configuraciones dentro de la cabina para permitir el control de la temperatura dentro de áreas específicas para un uso más eficiente de la energía.
Uno de los principales problemas es que, a menudo, en estos establecimientos no hay espacio dedicado a la carga y descarga, lo que significa que los conductores no pueden trabajar en un entorno seguro. Estos denuncian que a veces no tienen más remedio que descargar los vehículos en medio de la calle, con el tráfico pasando a su lado a una velocidad de hasta 70 km/h.
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