La Asociación Europea de Logística de Vehículos (ECG) reunió a operadores del sector, responsables políticos y actores clave en el Parlamento Europeo en Bruselas (Bélgica) para debatir en torno a la necesidad de ‘Liderar el futuro: el papel de la logística de vehículos terminados en la industria europea del automóvil’.
Los participantes resaltaron cómo la reglamentación está provocando un aumento de la carga administrativa, y además incidieron en la necesidad de adoptar un enfoque a largo plazo para lograr una cadena de suministro eficiente y resiliente en el sector de la logística de vehículos terminados en un momento en que los fabricantes de equipos originales agradecerían cierto alivio en materia reglamentaria.
El Plan de Acción publicado el pasado 5 de marzo por la Comisión Europea permitiría a los fabricantes de vehículos cumplir sus objetivos de reducción de emisiones de CO2 de forma escalonada a lo largo de tres años hasta 2027, manteniendo al mismo tiempo la ambición general de los objetivos para 2025. Asimismo, las propuestas del paquete Ómnibus I de posponer algunos de los requisitos de notificación darían a las empresas, especialmente a las pymes que se dedican a la logística de vehículos terminados, tiempo para adaptarse sin una presión excesiva y centrar sus inversiones en la descarbonización de sus operaciones.
Wolfgang Göbel, presidente de la ECG y representante de una de las más de 200 empresas miembro de la asociación, afirmó: “Muchos de los requisitos de notificación suponen un aumento del esfuerzo burocrático, lo que genera costes elevados tanto para las empresas como para las autoridades que tienen que revisar estos informes. Esto crea una considerable carga administrativa sin que se reduzcan realmente las emisiones, al tiempo que desvía fondos de posibles inversiones debido a los elevados costes administrativos. Acogemos con satisfacción estas iniciativas, las simplificaciones de la normativa de la UE que recoge el paquete Ómnibus I y el enfoque pragmático de reducir la carga administrativa que suponen los cálculos e informes. Asimismo, la flexibilidad que propone el Plan de Acción para la industria del automóvil permitirá al sector recuperar su competitividad sin descuidar el cumplimiento de los objetivos climáticos”.
Durante el debate, se señaló el coste de la transición ecológica y la necesidad de equilibrar los objetivos ecológicos y de crecimiento, y abogaron por una reglamentación más clara que no imponga una carga excesiva a las empresas. El actual proceso de transformación para descarbonizar el sector de la logística de vehículos terminados se mantendrá como hasta ahora.
“En último término, el coste de la transición limpia debe repartirse asumiendo un compromiso a largo plazo. La transformación no puede realizarse trimestralmente”, afirmó Göbel.
Por su parte, Alexandr Vondra, eurodiputado perteneciente al grupo CRE y de la Comisión de Medio Ambiente, Clima y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, ha sido crítico con el plan de la Comisión, tachándolo de catástrofe e instando a adoptar un enfoque tecnológicamente neutro en lugar de hacerlo en la electromovilidad. Vondra subrayó asimismo la necesidad de abordar el tema de los vehículos comerciales pesados, que quedan actualmente excluidos de las propuestas de la Comisión.
Durante su intervención, Vondra declaró: “Ahora hay tres cuestiones importantes: en primer lugar, el plazo de tres años para las sanciones es insuficiente. Necesitamos más tiempo, al menos cinco años. En segundo lugar, hay que poner fin al compromiso unilateral con la electromovilidad. Tenemos que seguir el camino de la neutralidad tecnológica, lo que incluye motores de combustión para combustibles sintéticos y otras herramientas. Y, en tercer lugar, una revisión en 2025 está bien, pero no se están abordando en absoluto los vehículos pesados. Tenemos que hacer más, mucho más”.
“La ECG no es contraria a la regulación, pero las normas han de diseñarse de tal manera que el sector sea más eficaz y seguro y se promueva una competencia más justa”, sostuvo Wolfgang Göbel, que añadió que “a lo largo de los años, se ha introducido tanta normativa que se ha hecho casi imposible operar con eficacia. Las empresas europeas están sujetas a normas mucho más rigurosas que las que se aplican a las empresas de fuera de Europa”.
La propuesta de Directiva sobre pesos y dimensiones y la ausencia de armonización de la longitud cargada para los transportadores de vehículos es un ejemplo de reglamentación relativamente simple, que puede propiciar un transporte más sostenible y eficaz, pero todavía no es definitiva.
El sector del transporte enfrenta una grave escasez de conductores, con 30.000 vacantes sin cubrir en España y 233.000 en toda Europa. Además, el envejecimiento de la plantilla es un desafío, ya que el 70% de los conductores en España supera los 50 años, y en la UE, un tercio tiene más de 55.
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