Sick ha anunciado el fallecimiento de Gisela Sick, cofundadora de la compañía, a los 101 años el pasado 1 de noviembre. Gisela formó parte de los inicios de la empresa en 1946 en Vaterstetten, (Alemania) y contribuyó en su crecimiento hasta convertirse en un grupo de alcance global.
Mats Gökstorp, presidente del Comité Ejecutivo de SICK, afirma: “Gisela Sick era una figura inspiradora y tenemos mucho que agradecerle. Desde el primer día, ha estado y seguirá estando inseparablemente unida a nuestra cultura, visión a largo plazo y éxito sostenible. Fue una mujer de gran coraje, creatividad y visión, que allanó el camino para que SICK se convirtiera en un grupo global. La recordaremos con el mayor de los respetos y conservaremos su memoria. Nuestro más sentido pésame a sus hijas, nietos y bisnietos».
En 1946, Erwin Sick recibió del gobierno militar estadounidense la licencia para abrir una oficina de ingeniería en un barracón de Vaterstetten, cerca de Múnich, y Gisela Sick se encargó de organizar tanto la empresa, recién fundada, como la vida familiar, en apenas 20 m2 del barracón. Llevaba la contabilidad y redactó las primeras solicitudes de patente en su máquina de escribir. En 1954, la familia se trasladó a Oberkirch (Baden) para disponer de más espacio para la producción. Dos años más tarde, se trasladaron a Waldkirch, a la Bürgerhaus An der Allee. En los pisos inferiores se desarrollaban y fabricaban los productos, mientras que la familia vivía en el piso superior.
De los años sesenta a los noventa, se estableció un segundo centro de desarrollo en Múnich. Durante este tiempo, la familia vivió en Waldkirch y en Múnich. En la década de 1970 se sentaron las bases de la actual sede de la empresa en Waldkirch y de la internacionalización de SICK. Gisela Sick también acompañó personalmente la fundación de filiales, por ejemplo, en EEUU y Japón.
Cuando Erwin Sick falleció en 1988, Gisela Sick mantuvo la independencia de la empresa y prestó a la dirección y a los empleados más veteranos un apoyo decisivo para el creciente desarrollo del negocio. Como miembro del Consejo Asesor y luego como presidenta honoraria del Consejo de Supervisión (1999), fue una pieza clave en las decisiones estratégicas que convirtieron a SICK en una empresa global. El Consejo de Dirección siempre pudo contar con ella para respaldar a la empresa y su independencia y apoyar incluso decisiones audaces.
Actualmente, todos los empleados de la compañía se basan en el mismo principio rector y valores que proclamaron Gisela y Erwin Sick tras la Segunda Guerra Mundial: desarrollar productos en beneficio de las personas.
Gisela se dedicaba a garantizar el bienestar de sus empleados. Representaba la visión corporativa, apoyando la formación y la educación continua, tanto dentro de la empresa como fuera de ella. Para ello, creó la Fundación Gisela y Erwin Sick. Sus esfuerzos se han traducido en una serie de iniciativas para facilitar la conciliación de la vida laboral y personal, sobre todo mediante opciones de guardería y apoyo a los jóvenes. Con la Casa de la Educación Gisela Sick (Bildungshaus) de Waldkirch, subrayó públicamente su compromiso con la educación y la música y dotó a la ciudad de una impresionante institución.
Según su discurso pronunciado en la ceremonia de entrega de su Cruz Federal al Mérito el 13 de noviembre de 2012: “Los sensores de alta calidad son valiosos en ingeniería, pero también en la sociedad. SICK es sinónimo de ambas cosas: de sensores de alto rendimiento, pero también de empatía. La cultura única y la colaboración respetuosa dentro de la empresa son mérito suyo, señora Sick. La visión artística puede impulsar el comercio y la investigación tecnológica. Con sus esfuerzos, usted tiende puentes entre estos campos”.
Gisela mantuvo estrechos lazos con la empresa hasta el final, y para muchos de los cerca de 12.000 empleados, su figura y filosofía eran el centro de la identidad de la empresa. Con interés personal y amor por el detalle, acompañó a la compañía en su camino hacia un futuro lleno de innovación.
La cofundadora de la compañía deja un importante legado, que las generaciones más jóvenes de la familia fundadora, la alta dirección y el personal honrarán y desarrollarán. Como ella misma dijo durante las celebraciones del 75 aniversario de la empresa en el verano de 2021: “Para el futuro, nuestro objetivo es extendernos desde nuestra sede en Waldkirch, llevando los sensores inteligentes de SICK al resto del mundo”. Mats Gökstorp se ha tomado este reto muy en serio: “Haremos todo lo posible por hacer realidad su deseo”.
Robert Bauer, presidente del Consejo de Supervisión de SICK, declaró: “Con Gisela Sick perdemos una gran personalidad. Gracias a su autoridad combinada con su gran aspiración social, Gisela Sick tuvo un impacto mucho más allá de la empresa. Su modesta naturalidad, con la que vivía sus valores, es un legado y subraya el impresionante trabajo de toda su vida. Mi más sentido pésame a la familia Sick”.
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