En el dinámico mundo la logística y distribución de productos farmacéuticos, la elección de partners de última milla se ha convertido en una decisión estratégica. No se trata solo de encontrar la opción más económica, sino de apostar por aquellos que estén alineados con los retos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Esta decisión, aunque pueda parecer más costosa a corto plazo, promete rendimientos significativos en términos de sostenibilidad y eficiencia a largo plazo. Los medicamentos son salud, son bienestar, muchas veces esperanza y los agentes de la cadena de distribución debemos tenerlo en cuenta porque juntos construimos confianza social.
Imaginemos por un momento a un constructor que, en lugar de utilizar materiales baratos y de baja calidad, decide invertir en materiales duraderos y sostenibles. Aunque la construcción inicial puede ser más costosa y llevar tiempo, el resultado es un edificio que resiste crisis climáticas, requiere menos mantenimiento y ofrece un entorno más saludable para sus ocupantes. De manera similar, invertir en proveedores de última milla que trabajen y enfoquen sus objetivos estratégicos a los criterios ESG es una buena apuesta por un futuro sostenible y responsable. Abandonemos el discurso operativo del “ajuste en costes” apostando por las semillas de rápido crecimiento y precio bajo. Incorporemos la visión del agricultor que decide invertir en árboles frutales. Estos árboles requieren más tiempo y recursos para crecer, pero una vez maduros, proporcionan frutos abundantes y de alta calidad año tras año.
Laboratorios y almacenes farmacéuticos tienen la responsabilidad de garantizar que sus productos lleguen a los pacientes de manera segura y eficiente. Sin embargo, esta responsabilidad no debe limitarse solo a la entrega del producto, sino también a cómo se realiza esta entrega hoy y como se hará mañana. Compañías que utilizan vehículos ECO, implementan prácticas laborales justas y reducen su huella de carbono contribuyen a un mundo mejor y también mejoran la reputación y la sostenibilidad de la cadena de suministro.
La colaboración entre la industria farmacéutica y proveedores de logística y transporte alineados con los objetivos ESG puede generar innovaciones y nuevos procesos que resulten en beneficios significativos para todos. Estas relaciones practicadas desde la honestidad interpersonal ayudan a desarrollar la creatividad, sentirse parte del proceso y trabajar en un legado. La optimización de rutas de entrega o el uso de biocombustibles no solo beneficia al medio ambiente, sino que también reducirá los costes operativos globales del futuro. De esta manera, cada euro invertido en un proveedor responsable se traduce en beneficios tangibles y sostenibles que, aunque cueste ver hoy, entenderemos mañana.
Artículo de opinión publicado en el nº296 de Logística Profesional (pág 42)
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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