Cofares suma 80 años desde su fundación el 17 de julio de 1944 y la componen en la actualidad más del 55% del total de las oficinas de farmacia comunitaria, a las que unen los principios de solidaridad, igualdad, equidad, esfuerzo y ayuda mutua. Este agente estratégico de la cadena de valor del medicamento tiene un capital 100% farmacéutico y se mantiene a la vanguardia del sector, contribuyendo a mejorar la salud y la calidad de vida de las personas.
Eduardo Pastor, presidente de Cofares, ha subrayado: “Estamos muy orgullosos de estos 80 años porque son el resultado de una apasionante historia de transformación. Somos la mayor fuerza de farmacéuticos comunitarios de España unidos por un vínculo extraordinario: nuestra vocación, nuestra profesión y nuestros intereses compartidos. Y por unos principios sólidos e inamovibles: solidaridad, esfuerzo y ayuda mutua”.
La cooperativa tiene una cuota del 29,85% en el mercado de la distribución farmacéutica y el pasado año alcanzó unas ventas de 4.061 millones de euros. “Unos resultados que no hubiesen sido posibles sin los excelentes profesionales y colaboradores con los que contamos en la organización. A todos ellos quiero agradecerles su compromiso y profesionalidad, ya que hacen de nuestra organización un ejemplo de talento y entrega”, ha resaltado Pastor.
Respecto a su actividad, la organización gestiona 450 millones de unidades de medicamentos y productos de salud, con una media de 2,7 repartos diarios a las farmacias y 2.208 rutas. Todo ello, gracias a una red compuesta por 47 almacenes y plataformas estratégicamente distribuidos a lo largo de la geografía nacional y que hacen accesible el medicamento a las 12.152 farmacias comunitarias socias.
Otro de los hitos en estos 80 años es el avance de sus marcas propias, Farline y Aposán, que alcanzan ya un 55,8% de cuota de mercado, con un récord de ventas de 50 millones de euros.
Desde su nacimiento en la antigua sede de 700 m2 del Marqués Viudo de Pontejos, en Madrid, la compañía ha mantenido un carácter pionero, siendo una cooperativa que un día tuvo la visión de expandirse por toda España.
Hoy en día, se ha convertido en una organización vertebradora de la salud, a través de las farmacias socias, que desempeñan un servicio considerado como vital para los ciudadanos. Garantizando así el acceso a medicamentos y productos sanitarios a 7 de cada 10 pacientes españoles en condiciones de equidad y seguridad.
Una actividad que nació, ha evolucionado y continúa estrechamente ligada al corazón de la farmacia comunitaria, desarrollando una labor de servicio público que aporta un impacto social como agente clave en la cadena de valor del medicamento.
La cooperativa ha sido punta de lanza en el sector, convirtiéndose en una aliada de las nuevas tecnologías y la digitalización con el fin de articular el mejor plan estratégico y proporcionar a sus socios el mejor servicio posible.
Prueba de ello es la Torre de Control, un nodo central compuesto por una plataforma analítica que procesa más de 5.800 terabytes de datos al mes, genera más de 300 cuadros de mando y trabaja con más de 7.000 tablas de información, que permite conocer en tiempo real lo que ocurre en la cooperativa, cómo se presta en cada minuto el servicio a las farmacias, y desde qué almacén de España.
Además, ha visto en esta evolución una oportunidad muy valiosa para mejorar los resultados en salud, contribuyendo a un cambio real a través de datos fiables y de calidad, a los que acceder de un modo centralizado, gobernado y que ayude en la toma de decisiones.
Tras cumplir con los objetivos de su Plan Estratégico un año antes de lo previsto, la organización se ha convertido en garantía de progreso de la farmacia comunitaria y sus pacientes con un modelo sostenible y fuerte basado en la unión y la ayuda mutua.
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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