El comercio electrónico superó en España los 21.000 millones de euros de facturación en el tercer trimestre de 2023, un 15,2% más que el año anterior, según los últimos datos de la CNMC. Estas cifras vuelven a poner de manifiesto la consolidación del e-commerce entre los compradores españoles que, sin embargo y pese a lo que advertían hace unos años algunos agoreros, han sabido combinar sus hábitos de compra online con los de la tienda física.
De hecho, podemos afirmar que las ventas a través de Internet están siendo un trampolín para el crecimiento del comercio a pie de calle, y que la logística es una herramienta fundamental y la vía eficiente para que los pequeños negocios puedan vender sus productos más allá de sus barrios, abriéndose al mundo y ampliando su expansión económica. Por tanto, la estrategia del futuro pasa por la convivencia del canal online + offline, para aumentar la conexión digital y emocional de los consumidores. Es decir, ambos canales no sólo son compatibles, sino que se retroalimentan.
Es decir, gracias a la enorme transformación que ha experimentado la logística, el e-commerce se ha consolidado y es accesible no sólo a grandes retailers, sino también a las pymes del sector.
En este sentido, cabe señalar que lo único que ha desaparecido para siempre es la forma de vender y entender la relación con el cliente que ahora está hiperconectado, lo que nos permite a través de los datos poder mapearlo, perfilarlo y, así, adaptar mejor nuestros productos y servicios garantizando la mejor experiencia posible para que se produzca la compra.
Para alcanzar este reto, retailers y empresas logísticas trabajan juntos, apoyados en la tecnología para monitorizar y entender mejor al cliente, con el objetivo de optimizar su operativa, predecir la demanda y reaccionar a su volatilidad. Esto es realmente útil para reducir costes y amortiguar al máximo el impacto de las entregas fallidas, que suponen un coste de más de 3.200 millones al año, según la CNMC; así como para afrontar los retos de las devoluciones.
En definitiva, con una acertada gestión de datos podemos obtener conocimiento que aplicamos a nuestra gestión operativa. Debemos tener en cuenta, por ejemplo, la IA y las innovaciones que aporta en el e-commerce, influyendo en los chatbots, las sugerencias de producto, la comunicación de marketing, la experiencia de entrega y la compra en tienda, haciendo que cada interacción se adapte de forma única al cliente. Cuando se toman decisiones sin datos sólo pueden pasar dos cosas: acertar por pura suerte o fallar.
Ahora, lo que necesitamos es que las distintas administraciones apoyen de manera concreta (con recursos económicos) esta transformación digital que permite a nuestras empresas seguir desarrollando un sector estratégico.
Artículo publicado en el nº294 de Logística Profesional (pág 27)
Existen 10 desafíos que se deben tener en cuenta para minimizar estas posibles interrupciones en la cadena de suministro durante este año: contexto geopolítico, inestabilidad económica, IA y tecnologías emergentes, cambio en las prioridades de los directores financieros, fenómenos meteorológicos extremos, ESG, cambios en las compras, ciberataques, integridad y calidad de los datos, y brechas de talento.
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