Pfizer celebró la segunda edición de ‘Esto es ciencia, no ficción’, un encuentro divulgativo en el que destacó el aumento del uso de nuevas tecnologías en los últimos años y su eficiencia en el ámbito de la fabricación y distribución de medicamentos.
Estas innovaciones, entre las que se encuentran el machine learning o la inteligencia artificial, permitirían incrementar un 20% el rendimiento en la producción de medicinas y vacunas. Además, tienen un gran valor para prever la demanda de materias primas y medicamentos, y para identificar y reducir el impacto de las posibles variaciones en la cadena de suministro.
Sobre la fabricación y el suministro de productos biofarmacéuticos, José Luis González, director de la cadena de suministro de Pfizer España y Portugal, explicó: “Es un proceso muy complejo y sometido a una estricta regulación que dura una media de 2 meses desde el momento que se inicia la producción hasta que el medicamento llega al paciente”.
Durante su intervención, González repasó las diferentes etapas de la cadena de suministro y los retos que se presentan en cada una de ellas, recordando la importancia de poder anticiparse y reaccionar de manera ágil ante cualquier variación “para asegurar que un medicamento llegue desde la planta de producción hasta el paciente que lo necesita, en cualquier punto del planeta, en el menor tiempo posible y con todas las garantías de calidad y seguridad”.
“Esta labor adquiere una importancia enorme cuando pensamos en la magnitud de nuestra red de producción y distribución. Nuestros medicamentos y vacunas llegaron en 2022 a casi 1.400 millones de pacientes, una de cada seis personas del planeta”, añadió. Pfizer cuenta con 37 centros de producción en todo el mundo, desde donde se distribuyen más de 700 medicamentos y vacunas. Más de 50.000 millones de dosis que llegan a más de 180 países.
Por su parte, Abhimanyu Chitoshia, director Senior de Inteligencia en la Cadena de Suministro de Pfizer, habló sobre cómo las nuevas tecnologías “están cambiando el escenario de la distribución farmacéutica”.
Según explicó: “Los datos son el combustible de cualquier innovación tecnológica. Actualmente, generamos una enorme cantidad de datos que se recogen a lo largo de todo el proceso y que ya se miden en petabytes (10¹⁵ bytes). Es muy importante obtenerlos en los momentos adecuados de la cadena de suministro, pero aún más importante es poder analizarlos y utilizarlos de manera que aporten beneficios a nuestra actividad”.
Con el objetivo de optimizar el uso de los datos, se combinan tres tipos de análisis: el descriptivo, que nos permite tener una visión en tiempo real de las métricas e indicadores de desempeño clave; el predictivo, que permite anticipar posibles eventos; y el prescriptivo, que nos ayuda a tomar decisiones, lo que mejora la capacidad de reacción de la compañía.
Para analizar los datos obtenidos, la farmacéutica utiliza técnicas de inteligencia artificial y machine learning, simulaciones y técnicas de optimización que son un apoyo esencial para la mejora de los procesos de producción y del aprovechamiento de los recursos.
“Por ejemplo, los algoritmos de aprendizaje automático nos permiten controlar todas las variables dentro del proceso de producción, conocer el impacto de cada variable en el resultado e identificar los parámetros óptimos y anomalías. Después podemos utilizar todos estos datos para entrenar el algoritmo y reducir los tiempos o mejorar la producción en el futuro”, añadió.
Para finalizar, destacó el valor de la tecnología: “Para reducir las interrupciones del suministro y aumentar el rendimiento productivo. En concreto, gracias a nuestro centro de operaciones digitales y a nuestros procesos de fabricación impulsados por inteligencia artificial, nuestro rendimiento está creciendo un 20%”.
Por último, Ana Maqueda, directora de la Planta Biotecnológica de Pfizer en San Sebastián de los Reyes (Madrid), resaltó la importancia de controlar en todo momento la calidad y seguridad de los procesos, utilizando como ejemplo la propia planta biotecnológica, una de las pocas de su categoría que existen en España y un activo de gran valor para la compañía a nivel global.
Esta instalación es la única de la compañía que produce tratamientos para la hemofilia A y B en todo el mundo, que llegan a más de 17.000 pacientes en 70 países y recientemente ha sido seleccionada para acondicionar y distribuir en exclusiva la terapia génica de la compañía a todo el mundo, excepto Estados Unidos y Japón.
“Nuestra misión es que los medicamentos lleguen hasta los pacientes que los necesitan en condiciones óptimas y en el menor tiempo posible. Y en nuestro caso, la responsabilidad es enorme porque nuestros medicamentos van dirigidos específicamente a personas concretas y tenemos que lograr que lleguen hasta ellos cumpliendo con todos los requisitos de seguridad y calidad. Esto nos exige llevar un control constante y exhaustivo de todas las etapas del proceso, pero estamos muy orgullosos de poder decir que podemos hacer llegar nuestros medicamentos a cualquier parte del mundo en 48 horas”, comentó Ana Maqueda.
En palabras de la directora: “Pocas instalaciones cuentan con un nivel tan alto de tecnología para la fabricación de medicamentos inyectables”. Se trata de una planta totalmente sensorizada y monitorizada, que cuenta con una línea de producción diseñada con tecnología de aisladores, las últimas tecnologías disponibles y un alto nivel de automatización, en línea con los estándares de la industria 4.0.
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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