El nuevo estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicado, «Uso indebido del comercio electrónico para el comercio de productos falsificados», confirma que el comercio en línea fomenta el comercio de productos falsificados y se está convirtiendo en el principal facilitador de su distribución. El estudio analiza los datos de las incautaciones aduaneras de productos en las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE) y analiza cómo los productos falsificados terminan en manos de los consumidores.
El comercio electrónico ha crecido rápidamente en los últimos años, una tendencia que se aceleró durante la pandemia de COVID-19. La mayor parte del comercio online en todo el mundo se realiza de empresa a empresa, con un 82% del valor total; el 18 %restante (2019) corresponde al comercio de empresa a consumidor.
Al igual que sucede con otras herramientas de la economía moderna, las ventas en línea se utilizan cada vez más para la distribución de falsificaciones. Según los datos sobre las retenciones de productos falsificados, el 56% de las incautaciones aduaneras en las fronteras de la UE están relacionadas con el comercio electrónico.
El estudio también muestra que el valor de las retenciones relacionadas con productos falsificados vendidos online es mucho menor que el de los productos que no proceden del comercio electrónico sino que se envían en contenedores por diversos modos de transporte (carretera, ferrocarril, aire y mar). Las incautaciones de ventas en línea representan solo el 14% del valor total de las retenciones, frente al 86 % de las retenciones relacionadas con productos enviados por contenedor. Sin embargo, algunos de estos productos enviados en contenedor se destinan a centros de distribución en la UE, desde los que a su vez se envían a consumidores que los han adquirido online, lo que podría indicar que el papel real del comercio electrónico en el comercio de falsificaciones es considerablemente más importante.
También se analizan los modos de transporte y los países de procedencia de las falsificaciones. Así, los servicios de paquetería dominan todas las incautaciones aduaneras en las fronteras de la UE. En cuanto al origen de los productos comercializados en línea, China ocupa el primer lugar, con más del 75 % de las incautaciones de productos falsificados, seguida de Hong Kong, con un 5,7 %, Turquía, con un 5,6 % y Singapur, con un 3,3 %. China también es un país de procedencia dominante en lo que atañe al valor de los productos falsificados adquiridos online, con una cuota del 68%.
El uso del comercio electrónico varía en función del tipo de productos falsificados. Los artículos de perfumería y cosmética (75,3%), los productos farmacéuticos (71,9%) y las gafas de sol (71,3%) son los productos con el mayor porcentaje de retenciones relacionadas con la compra en línea.
La tendencia hacia el comercio electrónico se aceleró con la pandemia de COVID-19. En 2020, si bien las ventas al por menor globales disminuyeron en la mayoría de los países, las ventas online en todo el mundo aumentaron más de un 20 % en comparación con 2019.
Las autoridades policiales han informado de que, además de aumentar las oportunidades para la difusión de las falsificaciones, se ha producido un enorme cambio hacia la ciberdelincuencia, y los delincuentes se han aprovechado de las personas que trabajan desde casa y que cuentan con una infraestructura menos segura para cometer diversos tipos de fraudes electrónicos. Entre los fraudes se incluyen estafas directas en las que el consumidor paga por un producto pero nunca recibe nada, intentos de robo de identidad, suplantación de identidad o fraude de inversión en criptomonedas, entre otros.
Durante la pandemia, el comercio electrónico se ha convertido en el principal canal para los productos médicos ilícitos, incluidos los falsificados y los de calidad inferior, como los kits de pruebas y otros productos relacionados con la pandemia.
Una tendencia clave analizada en el estudio es el auge del comercio de paquetes pequeños, medio por el cual las empresas hacen entregas directas a los consumidores. Solo en el período de cinco años comprendido entre 2015 y 2019, el tráfico de paquetes aumentó en más de un 70%, hasta alcanzar los 21 300 millones de artículos en todo el mundo en 2019. Los paquetes pequeños enviados por correo constituyen también un canal de distribución atractivo para las redes de comercio ilícito. Estos pequeños envíos reducen las pérdidas potenciales que se derivan de las incautaciones. Si bien el tráfico de falsificaciones por buques portacontenedores predomina claramente en términos de valor, la ruta de los paquetes pequeños está creciendo y es la mayor en términos de número de incautaciones.
En la UE, los falsificadores se dirigen cada vez más a los consumidores en el entorno online. Si se analizan las incautaciones aduaneras relacionadas con el comercio electrónico, más del 90% de ellas se envían a la UE en paquetes pequeños.
La incorporación de nuevos desarrollos tecnológicos ha sido fundamental para las compañías a la hora de ser más eficientes en estas épocas del año, beneficiando la planificación de volúmenes o el diseño de rutas. Todo ello, bajo el objetivo compartido de lograr entregas cada vez más sostenibles.
Los datos de la clasificación realizada por Financial Times y Statista reflejan una tasa de crecimiento medio anual del 27,3% entre 2013 y 2023, o un crecimiento absoluto del 273% en este periodo.
España se sitúa como el país con una menor brecha de género a nivel global con un 54,7% de trabajadores formados en IA que son hombres y un 45,2% de mujeres. En el mundo, predomina el talento masculino con un 71% sobre el 25% del femenino según el promedio global. Esto sugiere un entorno más inclusivo y con mejores oportunidades para las mujeres en el ámbito de IA en España.
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