La logística y el transporte es un mundo tradicionalmente masculino que plantea muchas dificultades a la mujer, impidiéndole desempeñar su labor en igualdad de oportunidades con los hombres y ocupar los puestos de mayor responsabilidad.
Como empresario del sector, creo que es a nosotros a quienes nos corresponde dar un paso al frente para reivindicar las ventajas de la contratación femenina. Yo las conozco bien porque en mi empresa, Palibex, las mujeres representan cerca del 40% de la plantilla y la mitad del comité de dirección, lo que demuestra que hemos superado el “techo de cristal” que sigue limitando el ascenso de las mujeres a lo más alto de las organizaciones.
Pero, desgraciadamente, el protagonismo de la mujer no es algo habitual en nuestro sector. Al contrario, los datos de ocupación femenina siguen siendo alarmantes. No hace tanto conocimos que la presencia actual de mujeres en el sector logístico es de tan solo un 17% del total y, si nos ceñimos únicamente al transporte, este porcentaje cae hasta un triste 2%. En otras palabras, dos mujeres por cada 100 hombres, una cifra mínima que no puede caer en saco roto y que debería servirnos como revulsivo para impulsar acciones en pro de una mayor integración femenina.
Y España no es un caso aislado. La cifra de mujeres empleadas en los servicios de transporte es de menos de la mitad que en el conjunto del sector servicios y la brecha salarial sigue siendo amplísima, ocupando España el octavo lugar con la diferencia más elevada, casi un 13%. Al respecto, los informes dicen que el sector del transporte resulta poco atractivo para las mujeres por la falta de flexibilidad horaria y, en consecuencia, por las dificultades para la conciliación familiar. Pero yo creo que eso no responde a un problema de género sino de gestión empresarial. Cuando seamos más respetuosos con la felicidad de nuestros empleados, contemplando fórmulas más flexibles como el teletrabajo y dejando de considerar la conciliación un asunto femenino, el sector será más atractivo para todos, hombres o mujeres.
Peores son los motivos que se esgrimen para justificar por qué no se contratan más mujeres en nuestro sector porque ahí topamos con el problema de los roles de género instalados entre nosotros desde tiempos inmemoriales. Los niños juegan con balones… las niñas con muñecas… y los camiones deben conducirlos hombres, aunque esté demostrado que las mujeres son más prudentes al volante y tienen menos accidentes.
Con los avances tecnológicos nada impide que las mujeres desarrollen trabajos antes vinculados a la fuerza física como manejar una carretilla o gestionar el almacén. De hecho, cualidades intrínsecas al carácter femenino como el perfeccionismo o la atención al otro tienen hoy mucho más valor en un mundo donde priman las relaciones humanas.
Me quedo para finalizar con las recomendaciones de la Comisión Europea en la conferencia Women in Transport y que pasan por tomar medidas para atraer a las mujeres hacia el mundo del transporte y fomentar su participación activa y visible en la toma de decisiones. Estoy convencido de que ello, sin duda, redundará en una mayor calidad para el sector.
El Día Europeo de la Logística 2025 se celebra en un momento decisivo para el sector, en plena transformación frente a una creciente inestabilidad geopolítica y comercial. Las cadenas de suministro enfrentan desafíos como nuevos aranceles, conflictos regionales y una economía global volátil. Ante este panorama, el sector se reafirma como un pilar clave, apostando por resiliencia, eficiencia y colaboración.
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