EEUU (California), Portugal y Canadá son los países que llevan más tiempo trabajando en proyectos de hidrógeno verde, mientras que otros como Japón, Australia, Noruega, Alemania o España están entrando ahora, aunque con mucha fuerza, así lo revelaba Curro Nicolau, Chairman & Founder Go Energy Group durante su participación en la primera edición del H2 – Hydrogen World Congress.
“Los mayores proyectos de hidrógeno verde en desarrollo actualmente están en Europa. El motivo es que, tras la guerra de Ucrania, Europa se dio cuenta de que necesitaba sus propios recursos. A pesar de eso, China es uno de los principales países con inversión en hidrógeno verde”, apuntaba Nicolau.
“Veo mucha más iniciativa privada que pública, los gobiernos van detrás de la iniciativa privada y tienen que preguntarse por qué sucede esto y cómo revertirlo”, indicaba. Además, Nicolau aseguraba: “En el plano público, tenemos alguna normativa, pero se trata más bien de normas y certificaciones sobre hidrógeno, pero no concretamente sobre el hidrógeno verde”.
No obstante, algunos países sí están trabajando en regulaciones específicas para el hidrógeno verde, como Francia o Alemania, “probablemente el país que más se esfuerza por regular el hidrógeno verde. Otros países que están legislando bien son Namibia, EE.UU., Australia, Marruecos, o Emiratos Árabes Unidos (EAU)”, concluía.
Los costes del hidrógeno verde, las limitaciones para el suministro, la importancia de promover los incentivos y la necesidad de una regulación que entienda la complejidad de la transición energética han sido algunos de los temas que también se abordaron durante el congreso.
Ponentes mundiales analizaron el uso como combustible alternativo para un transporte aéreo, terrestre y marítimo más sostenible. Para conseguir su implementación, Santiago Lopezbarrena, responsable de sostenibilidad en Vueling, resaltaba: “En el caso del transporte aéreo requiere de un cambio transversal más allá de la propulsión. El gran reto es escalarlo a nivel comercial y para ello hay que considerar la disponibilidad y el precio. En España faltan muchos megavatios de energía renovable, si esto falta seguirá siendo muy caro y no podremos escalarlo”.
En el transporte marítimo, Javier Cervera, presidente de la Alianza Net Zero MAR y responsable de transición energética de Baleària, matizaba que el uso del hidrógeno depende del tipo de barco y trayecto, ya que “cuando vamos a rutas de largo recorrido, el hidrógeno ocupa demasiado, por eso en esos casos hablamos de los combustibles derivados y los sintéticos”. Además, añadió que “la tecnología es madura y ya se puede usar el hidrógeno en barcos eléctricos. Estamos funcionando mucho con la dualización con diésel y metanol”.
En cuanto al transporte terrestre, Mario Canet, responsable Nuevos Desarrollos de TMB (Transports Metropolitans de Barcelona), afirmó: “La electrificación tiene todo el sentido, pero implica dos problemas importantes: el primero, el peso; y el segundo, que requiere de una gran infraestructura. Necesitamos una central eléctrica solo para una cochera de autobuses y si ésta falla, tenemos 400 autobuses que al día siguiente no saldrán. Por este motivo, optamos por no poner todos los huevos en la misma cesta y apostar por el hidrógeno como alternativa”. Los especialistas coincidieron en afirmar que el hidrógeno no será la única solución energética, sino que la combinación de distintos vectores contribuirá a conseguir los objetivos de sostenibilidad.
Además, el congreso mundial debatió sobre el impacto de las tecnologías del hidrógeno y su explotación en aplicaciones en motores eléctricos. Xavier Boncompte, Chief Engineer en Phinia, dio a conocer su experiencia en el campo de los vehículos reequipados con sistemas híbridos. “A corto plazo apostamos por el HVO (diésel renovable a partir de aceite vegetal hidrotratado) combinándolo con hidrógeno. Es una tecnología madura y que funciona, lo hemos demostrado este año. A medio plazo, nos centramos en el potencial de las pilas de combustible, aunque el reto es la autonomía y su rentabilidad. Finalmente, a largo plazo, no vemos la batería, nos focalizamos en el motor de combustión”. Tras afirmar que el hidrógeno es un recurso con un alto precio actualmente, hizo hincapié en que “en 5-7 años las empresas invertirán en la producción masiva de hidrógeno y entonces será más barato y cambiarán las reglas del juego”.
En el uso de este recurso en los motores de combustión interna, Xavier Ribas, director de I+D en EVARM Innovación, señalaba: “El plazo de comercialización es demasiado largo y la inversión de capital sigue siendo escasa. La tecnología está madura, lo que me preocupa es la velocidad a la que crece la infraestructura del hidrógeno ya que no es la misma que la del mercado. La administración tiene que apoyar la inversión en infraestructuras y garantizar la misma velocidad que en el resto de actores”. Algo en lo que coincidió con Àngel García, Business Development Spain, Portugal & LATAM en Nedstack: “En España necesitamos acelerar mucho, si no tenemos infraestructura de repostaje nadie invertirá en la tecnología”.
Asimismo, expertos como Sebastian Schulte, CEO de Deutz, Daniel de Miguel, responsable de tecnología, desarrollo, negocio y regulación en biocombustibles de Cepsa, e Irene Lores, business development manager Hydrogen de BP, compartieron como el hidrógeno verde es una pieza clave para la descarbonización no solo de la movilidad, sino de la industria en general, y para la reindustrialización de nuestro país.
El congreso, celebrado en Valencia en el marco de eMobility Expo World Congress 2024, ha exploró las oportunidades y retos que afronta el sector en la aplicación de este recurso energético y remarcó la importancia de contar con incentivos y una regulación adecuada para impulsar el hidrógeno verde en el sector de la movilidad.
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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