España es un país con una larga tradición en el sector logístico. Desde los tiempos de las rutas comerciales de la Edad Media hasta la actualidad, la logística ha sido un factor clave para el desarrollo económico y social de nuestro país. Contamos con un importante tejido industrial y una posición geográfica privilegiada. La eficiencia de nuestros servicios logísticos es alabada a nivel internacional, y nos beneficiamos de buenas infraestructuras y de una red de distribución muy desarrollada. Todo ello nos ha llevado a estar posicionados, según el Foro Económico Mundial sobre la competitividad del sector logístico, en el puesto número 11 a nivel mundial y el número 3 en Europa, después de Alemania y los Países Bajos.
Según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, nuestro sector además representa el 10% del Producto Interior Bruto español, generando más de un millón de puestos de trabajo y aglutinando a 197.000 empresas. Todo ello sin contar la actividad logística que desarrollan empresas de otros sectores. Podemos decir que el sector es clave para la economía, y que cuenta con muchas fortalezas para contribuir a la competitividad del país, sin embargo, según los datos del estudio ‘Desajuste de Talento en 2023’, elaborado por ManpowerGroup, 8 de cada 10 empresas españolas del sector encuentran dificultades para contratar el talento que necesitan. Esta escasez de talento, según señala el III Informe de empleo y talento en el sector logístico, está vinculada a la falta de experiencia, a la carencia de formación adecuada a los criterios de demanda de las empresas, a la falta de atractivo de la profesión, y a condiciones laborales poco competitivas.
Podemos concluir que formar, captar, desarrollar y retener talento son y serán palancas clave para el éxito del sector en los próximos años.
Formar talento requiere contar con programas diseñados para responder a las necesidades de profesionalización de las empresas, desde la formación dual hasta los estudios de postgrado más especializados. En este sentido, tanto los centros formativos como las empresas tienen una asignatura pendiente. Los programas educativos, en sus distintas modalidades, deben estar alineados con las necesidades de las empresas y la realidad del sector, que opera en un entorno cambiante y cada vez más tecnificado. Se necesitan perfiles cualificados, capaces de responder a las necesidades y a los desafíos del negocio.
Captar y desarrollar el talento es fundamental en una actividad como la nuestra, en la que la industria 4.0 encuentra un amplio campo de aplicación y la transformación digital debe ser una realidad. Necesitamos incorporar los conocimientos y competencias necesarias para enfrentar un entorno lleno de oportunidades, pero también exigente. Las empresas deben proporcionar programas de ‘up-skilling’ y desarrollo de habilidades para cumplir con estas expectativas. La tecnología es un recurso clave, pero al final de todo serán las personas las que harán posible que las cadenas de suministro sean eficientes y estratégicas.
Si atraer talento es importante, retenerlo aún lo es más, especialmente en áreas donde escasea. En determinados puestos, como en el sector del transporte, es necesario abordar la mejora de las condiciones de trabajo. En otros casos, potenciar y visibilizar las oportunidades, así como fomentar una cultura empresarial que valore el desarrollo y el crecimiento de sus empleados son buenas prácticas para ello. Una cultura corporativa que apueste por el valor humano y la diversidad puede ser un factor diferencial para atraer y retener talento en un mercado cada vez más competitivo.
Artículo de opinión publicado en el nº284 de Logística Profesional (pág 53)
La incorporación de nuevos desarrollos tecnológicos ha sido fundamental para las compañías a la hora de ser más eficientes en estas épocas del año, beneficiando la planificación de volúmenes o el diseño de rutas. Todo ello, bajo el objetivo compartido de lograr entregas cada vez más sostenibles.
Los datos de la clasificación realizada por Financial Times y Statista reflejan una tasa de crecimiento medio anual del 27,3% entre 2013 y 2023, o un crecimiento absoluto del 273% en este periodo.
España se sitúa como el país con una menor brecha de género a nivel global con un 54,7% de trabajadores formados en IA que son hombres y un 45,2% de mujeres. En el mundo, predomina el talento masculino con un 71% sobre el 25% del femenino según el promedio global. Esto sugiere un entorno más inclusivo y con mejores oportunidades para las mujeres en el ámbito de IA en España.
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