Vamos a poner el foco y dar algo de luz a este “día negro”. El Black Friday es una de las épocas de máxima actividad para el sector del transporte y la logística. Un pico de actividad que afrontar, cada vez más asentado en la planificación, al que le sigue el Cyber Monday, la Navidad y las posteriores rebajas de enero. ¿Pero por qué se está penalizando ya en países como Francia?
Según datos del informe de la EAE Business School, “Ecommerce y sosteniblidad. El impacto de nuestra decisión de compra”, el ecommerce en general tiene un alto impacto sobre la sostenibilidad, que se incrementa por campañas de marketing agresivas como el Black Friday que obliga a gestionar en algunos casos incrementos del 30% al 40% de pedidos durante la semana siguiente al viernes negro. Una gestión de picos de producción muy temporales que requiere de un gran trabajo y una elevada inversión en tecnología y capital humano por parte de las empresas de distribución para entregar en una semana todo lo “vendido” y lo que se va a devolver. Y todo ello acompañado de una pérdida de calidad del servicio y aumento de la ineficiencia de los procesos, en parte por el incremento de personal no experimentado, que aumenta los segundos intentos de entrega y las devoluciones.
Porque no debemos de olvidar “la devolución”. El establecimiento de políticas que facilitan los procesos de devolución, en muchos casos sin coste adicional para el cliente, están generando que el porcentaje de devoluciones de las compras online se incrementen año tras año, llegando a porcentajes del 50%, incluso superiores durante estas campañas agresivas de marketing. Devoluciones que se han incluído como otro hábito más de compra y que cuyo impacto ambiental y económico no deja de crecer, por el incremento del consumo de recursos naturales, por el incremento de residuos generados sobre todo cuando la compra/devolución se hace a través de un marketplace, donde muchas devoluciones se destruyen sin aprovecharse incluso estando en buen estado, y como no, las emisiones del transporte asociado a la gestión y tratamiento de dicha devolución y en muchos casos del residuo.
“LAS POLÍTICAS QUE FACILITAN LOS PROCESOS DE DEVOLUCIÓN, EN MUCHOS CASOS SIN COSTE ADICIONAL PARA EL CLIENTE, ESTÁN GENERANDO QUE EL PORCENTAJE DE DEVOLUCIONES DE LAS COMPRAS ONLINE SE INCREMENTEN”
Del mismo estudio de la EAE Business School se desprende que si nos centramos en el impacto del ecommerce en la ciudad, la flota utilizada para dicho reparto, de media el 87% de los envíos se realiza mediante furgonetas, mientras que únicamente el 1% se hace con bicicletas o triciclos. Furgonetas que tienen de media más de 13 años de antigüedad y son responsables del 7,5% de las emisiones de CO2 totales en España, Si además tenemos en cuenta que su número se incrementa para poder entregar tres veces más mercancía que la semana anterior, tienen un alto impacto en los atascos en las ciudades, en la mala calidad del aire y en los accidentes de tráfico.
Y todos estos impactos sin beneficio para el ciudadano, ya que la OCU en 2020 demostró que los precios estaban un 2,6% más caros el propio día Black Friday que las semanas previas; sin beneficio para el pequeño comercio ya que las ventas se concentran en unas pocas grandes corporaciones y sin beneficio social, ya que en muchos casos van acompañados de la denunciada precariedad laboral y la falta de contribución fiscal en comparación al comercio local.
Que el ecommerce está aquí y ha venido para quedarse es una realidad, pero debemos de garantizar que sea un ecommerce sostenible que contribuya al desarrollo económico ambiental y social de forma real.
Por todo ello hemos surge el movimiento entregasostenible.org. con el objetivo de poner en valor a todos aquellos ecommerce comprometidos con la sostenibilidad y favorecer la toma de decisión consciente por parte del consumidor, promoviendo un consumo responsable entre la sociedad, generando un mayor compromiso con las sostenibilidad entre las organizaciones y empoderando a los consumidores como agentes de cambio con su decisión de compra.
Porque como empresas y consumidores debemos de empezar a ser responsables y con nuestra decisión de compra premiar y primar a las organizaciones que sí lo están haciendo bien y por ende, penalizar a las que nos inculcan hábitos de consumo insostenibles que perjudican a muchos y solo benefician a unos pocos.
En términos de tecnología, las compañías incorporan sistemas de inteligencia artificial y análisis predictivo, además están adoptando medidas para reducir su impacto medioambiental y cumplir las regulaciones internacionales, y cómo no puede ser de otra manera buscando personal cualificado.
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