Disponer de una operativa digital, el carácter negociador o la prevención se convierten en factores clave para la buena gestión de los impagos durante la cuarentena. Los retrasos en los pagos por problemas financieros han aumentado un 17%, situándose como la principal razón de que los clientes no paguen a tiempo las facturas. Seguidamente se encuentra la ineficacia administrativa, según el Informe Europeo de Pagos de Intrum, compañía de prevención y gestión de impagos, en el último año.
La escasa organización en esta área, así como la inacción en que deriva, es reconocida por el 36% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas como uno de los motivos por los que tienen recibos pendientes de sus clientes, un 16% más que en 2018. A ello hay que sumar la falta de compromiso de algunas organizaciones a la hora de efectuar los pagos, pues 3 de cada 10 pymes españolas señalan la intencionalidad de no pagar como la principal causa de contar con facturas vencidas en cierre contable.
Sin embargo, a pesar de la multitud de razones que provocan retrasos en los pagos, son pocas las organizaciones que toman medidas al respecto. Según refleja este informe, en el que han participado más de 12.000 empresas de 29 países, 3 de cada 10 pymes españolas reconocen que no están tomando ninguna medida para preparar su negocio ante un declive económico y solo 2 de cada 10 planean asegurar los pagos de sus clientes. Ante esta realidad, los expertos de Intrum han identificado las cuatro claves que deben buscar las pymes para gestionar bien sus impagos y afrontar esta situación excepcional generada por el decreto del estado de alarma:
En términos de tecnología, las compañías incorporan sistemas de inteligencia artificial y análisis predictivo, además están adoptando medidas para reducir su impacto medioambiental y cumplir las regulaciones internacionales, y cómo no puede ser de otra manera buscando personal cualificado.
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