Parece casi inevitable una reorganización del comercio global y la logística tras la reelección del presidente Trump. Con su regreso a la Casa Blanca, las políticas de la nueva administración hasta ahora (en tan solo un mes) han impactado el flujo comercial internacional.
Los aumentos de tarifas, las reformas regulatorias y los ajustes de políticas que el gobierno de EE. UU. planea implementar probablemente afectarán a las empresas, los mercados internacionales y los consumidores en todo el mundo. A medida que se desarrollen estos cambios, las empresas deberán estar preparadas para adaptarse a un entorno cada vez más volátil.
Aunque en apariencia alineadas con las políticas de su primer mandato, las tarifas de 2025 son más extremas, con políticas proteccionistas que implican restricciones más estrictas a las importaciones de bienes y servicios, lo que lleva a una mayor fragmentación de las cadenas de valor y mercados globales establecidos.
Las cadenas de suministro internacionales, que ya se vieron afectadas durante la pandemia, están siendo nuevamente interrumpidas por los aranceles, las limitaciones a la exportación de tecnología avanzada y la creación de nuevas barreras comerciales.
El comercio global se enfrenta a una serie de barreras que están afectando la fluidez del intercambio de bienes y servicios, creando obstáculos económicos tanto para las empresas como para los gobiernos. Además, se espera que los costos dentro de la UE aumenten, lo que está llevando a muchas empresas a considerar la repatriación de la producción a sus países de origen e impulsando a las regiones europeas a adoptar políticas similares de ‘near-shoring’ .
El riesgo de depender de regiones específicas para la distribución de bienes clave ha aumentado considerablemente en 2025, y políticas como el ‘near-shoring’ probablemente resurgirán como una estrategia para mitigar estos riesgos geopolíticos, no solo como una respuesta a los llamados por un comercio más sostenible.
En 2025, la capacidad de las empresas de logística para ser adaptables será crucial para mantener la fluidez del comercio y la rentabilidad. Las cadenas de suministro deberán operar con tecnología que les permita ser ágiles, flexibles y lo suficientemente pragmáticas como para evolucionar ante el cambio rápido y la incertidumbre política que caracteriza este nuevo panorama global en el que nos encontramos.
A medida que EE. UU. se inclina cada vez más hacia medidas proteccionistas, 2025 probablemente estará marcado por la necesidad de flexibilidad, agilidad e innovación no solo en las cadenas de suministro y redes logísticas, sino también para los negocios en general.
El Día Europeo de la Logística 2025 se celebra en un momento decisivo para el sector, en plena transformación frente a una creciente inestabilidad geopolítica y comercial. Las cadenas de suministro enfrentan desafíos como nuevos aranceles, conflictos regionales y una economía global volátil. Ante este panorama, el sector se reafirma como un pilar clave, apostando por resiliencia, eficiencia y colaboración.
Comentarios