Desde que se produjera el estallido de la pandemia, la cadena de suministro ha vivido una importante tensión asociada a numerosos problemas que ha tenido que ir gestionando para evitar desabastecimientos en grandes superficies, comercios, hospitales, farmacias y domicilios. El año pasado los grandes problemas a los que tuvimos que hacer frente fueron la pandemia, la nevada Filomena y la congestión de los puertos de China. Todo ello ha obligado a acometer replanificaciones casi semanales de la cadena de suministro para asegurar el aprovisionamiento y estamos muy orgullosos del resultado, que además ha sido percibido por la sociedad.
Todo esto ha provocado una espectacular aceleración de la transformación en la que estaba inmersa el sector. En este sentido, la palanca más potente ha sido el avance en la digitalización de toda la cadena de suministro. De hecho, sin la enorme implicación de los equipos humanos de nuestras empresas y el uso intensivo que se ha hecho de las herramientas digitales habría sido imposible mantener la cadena de suministro.
Tenemos que estar contentos porque gracias al desempeño de las empresas, ya se identifica a nuestro sector como estratégico para la competitividad de cualquier país.
El gran reto que tenemos ahora por delante es avanzar en el proceso de modernización, que pasa por tres grandes áreas de trabajo: personas, procesos y tecnología. Vamos a convertirnos en empresas tecnológicas que ofrecen un servicio logístico de gestión global de la cadena de suministro. Esto era impensable hace veinte años. El uso de nuevas tecnologías va a ser generalizado, pero eso no es fin sino el medio para ser muy competitivos y exige, al mismo tiempo, transformar los procesos y contar con un capital humano muy preparado, tanto en capacitación como en habilidades, para utilizar esas nuevas herramientas en su desempeño.
Las empresas del sector están muy centradas en la transformación digital porque ya no es una opción, sino una auténtica necesidad. Tenemos que poder hacer frente a la gestión de la omnicanalidad para ofrecer la mejor experiencia al cliente -independientemente del canal utilizado-; la seguridad en la operación y la entrega, garantizando el contacto cero; o el desarrollo de la smart supply chain, basada en la máxima automatización de los procesos que intervienen en la cadena de suministro.
Todo ello sin descuidar uno de los retos más importantes que tenemos por delante como sociedad, y que además nos preocupa a todos: la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente (green logistics). Esto exige esfuerzos presupuestarios por parte de las empresas que tienen que apoyar las AAPP, por eso decimos que es el peor momento para implementar subidas de impuestos.
A las empresas del sector no le resultan ajenas tecnologías como:
Big data analytics. El análisis masivo de datos tiene innumerables ventajas para las empresas logísticas, permitiendo reducir costes, optimizar recursos, ganar eficiencia, minimizar el impacto ambiental o gestionar mejor la previsión de la demanda.
RPA (Robot Process Automation). Mediante la automatización de procesos administrativos, las empresas pueden reducir drásticamente el riesgo operativo y ser mucho más ágiles en las gestiones.
IoT y trazabilidad avanzada. Los dispositivos IoT y los sistemas de trazabilidad tienen unas posibilidades enormes: desde el mantenimiento preventivo y la monitorización de flotas a la gestión de la cadena de frío o el control del stock. Gracias a estas tecnologías es posible tener control total y en tiempo real de la cadena de suministro.
iBPMS (Intelligent Business Process Management Systems). Este tipo de soluciones low-code están enfocadas a una gestión más inteligente y optimizada de los procesos de negocio mediante la automatización y la predicción. Por ejemplo, estos sistemas permiten digitalizar el proceso de entrega de pedidos de principio a fin con reducciones de coste entre el 10% y el 20%.
Realidad aumentada y analítica de imagen. La combinación de ambas tecnologías en el sector de la logística tiene múltiples aplicaciones prácticas, como el guiado en las operaciones, la mejora de la eficiencia del proceso de picking o la formación interactiva de los operarios en actividades complejas, incrementando además su seguridad.
Inteligencia artificial, machine learning, chatbots. La inteligencia artificial puede ayudarnos a mejorar el dimensionamiento y la distribución de los almacenes y del stock, optimizar automáticamente las rutas en la última milla o mejorar la información al usuario final (chatbots, canales de Whatsapp, etc.).
Gamificación, simulación y realidad virtual. Mediante este tipo de tecnologías y prácticas las compañías del sector pueden ofrecer planes de formación dinámicos e interactivos, motivando a los empleados y aumentando la seguridad en las operaciones.
Hemos pasado de ser una commodity a convertirnos en un valor añadido para las empresas y ese es el cambio profundo que se ha producido. Ahora los productos y servicios se parecen cada vez más, por lo tanto, la logística se convierte en una ventaja competitiva. En un mundo globalizado, con un consumidor muy empoderado gracias a las redes sociales, la eficiencia de nuestra actividad es la que provoca que muchos negocios sean o no rentables. De ahí que los directores de logística sean los profesionales más valorados en este momento.
Al mismo tiempo, formamos parte de la experiencia del cliente, así que nos hemos convertido en el nuevo marketing del comercio. En el comercio tradicional, la venta concluye cuando el cliente paga por el producto. Sin embargo, en el comercio online, la venta concluye cuando el cliente recibe el producto, por lo tanto, la experiencia de recepción del producto es determinante para fidelizar clientes.
En cualquier caso, necesitamos el apoyo de las administraciones públicas para afrontar este fabuloso cambio que debería ir en cuatro líneas concretas:
1.- La primera de ellas es la fiscal. Reduciendo impuestos de forma importante, para que las empresas tengan más recursos que poder dedicar a la inversión.
2.- En materia laboral es determinante que se construya un marco laboral flexible que permita a las empresas poder adaptarse a las situaciones cambiantes del mercado.
3.- En el ámbito de la burocracia es importante facilitar los procesos administrativos y eliminar aquellos que son innecesarios.
4.- Ahora que van a llegar los fondos Next Generation es clave que las empresas de nuestro sector tengan un fácil acceso a ellos porque los principales objetivos de Europa, digitalización y mejora del medio ambiente, son necesidades estructurales para nuestro sector en las que se juega su competitividad para los próximos años.
Para impulsar toda esta gran revolución, desde la gran patronal del sector, UNO Logística, hemos puesto en marcha un amplio catálogo de acciones de formación con la característica diferenciadora de que son eminentemente prácticas, entre ellas, un ya prestigioso Máster en Dirección y Gestión Logística integral, porque sus contenidos vienen dictados por las propias empresas que conforman la organización.
La logística es talento, por lo tanto, una formación adecuada es completamente imprescindible para garantizar la mejora de la competitividad. Nuestras empresas están cambiando el paradigma, así que eso repercute directamente a su capital humano, que tiene que adaptarse paralelamente en toda su cadena de valor.
La última milla ha pasado a ser un espacio estratégico para nosotros. En realidad, nadie sabe cómo será la DUM del futuro porque el sector se está reinventando cada día. Pero sí tenemos muy claro que el modelo actual de ciudad no sirve; que hay que construir otro modelo que sea flexible; y que en ese nuevo modelo somos protagonistas porque ofrecemos un servicio que ya está integrado en el día a día de los ciudadanos. Es importante caminar hacia las llamadas smart-cities, es decir, no sólo las empresas tenemos que digitalizarnos, sino también las ciudades, para poder obtener datos con los que gestionar medidas adecuadas en base a una realidad que va a ser muy cambiante, pero que es necesario conocer e incluso adelantarnos.
Al mismo tiempo, nuestra organización tuvo la visión de plantear hace seis años que España aspirara a convertirse en gran hub mundial de logística, aprovechando en este contexto de globalización nuestra posición geoestratégica y las magníficas infraestructuras con las que contamos. Tenemos que avanzar en esta línea, por ejemplo, ampliando el uso del ferrocarril, rentabilizando mejor nuestra red aeroportuaria y dedicando más recursos a los servicios aduaneros y paraduaneros. España debe aprovechar mejor ser el punto de consolidación de mercancías asiáticas que se dirigen a Latam. Para ello, hemos impulsado un grupo de trabajo de promoción de la carga aérea en el Ministerio de Transportes, coordinado por Aena, en la que participan todos los colectivos que tienen algo que aportar.
En resumen, a nivel global podemos decir que hemos pasado del concepto transporte al de logística integral o cadena de suministro, en el que se aborda planificación, ejecución y control, es decir, gestión. Queda ya muy lejos el año 1982, en el que Keith Oliver utilizó por primera vez el término supply chain management. Pero son más actuales que nunca la llamada triple A de la cadena de suministro (Hau H. Lee): agilidad, adaptabilidad y alineación. Ahora, el futuro depende nosotros.
Artículo de opinión publicado en el nº279 de Logística Profesional (pág 36-37)
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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