LP Digital.- La Comisión Europea ha adoptado recientemente una propuesta de Directiva dirigida a facilitar la persecución transfronteriza de las infracciones del Código de Circulación que más ponen en peligro la seguridad vial. Con esta iniciativa se pretende aplicar mecanismos técnicos e instrumentos jurídicos que permitan que un conductor europeo sea identificado y, por lo tanto, sancionado por las infracciones cometidas en un Estado miembro distinto a aquél donde haya matriculado su vehículo.
Se espera que esta medida mejore considerablemente la seguridad en las carreteras europeas y conlleve un cambio positivo del comportamiento tanto de los conductores en tránsito como de los residentes, poniendo fin a la diferencia de trato que suele existir entre estas dos categorías de usuarios de la carretera.
Según Jacques Barrot, vicepresidente de la Comisión responsable de Transportes, “la seguridad vial nos concierne a todos y constituye una prioridad para la Comisión. En 2001 fijamos el objetivo de reducir a la mitad en diez años el número de muertes en nuestras carreteras. Para conseguirlo debemos esforzarnos más hoy. La Directiva que acabamos de adoptar es un elemento muy importante del conjunto de las medidas adoptadas para mejorar la seguridad vial en Europa”.
En la actualidad, un conductor que cometa una infracción del Código de la Circulación con un vehículo matriculado en otro país de la UE sigue quedando impune, salvo raras excepciones, por no poder determinarse su identidad o comprobarse la dirección de matriculación del vehículo. Para poner remedio a esta situación, la Comisión desea crear un sistema en la UE que facilite la persecución internacional de las infracciones que más suelen provocar accidentes de tráfico.
Con todo ello, la Directiva propuesta cubrirá cuatro tipos de infracciones: el exceso de velocidad, el alcohol al volante, no llevar abrochado el cinturón de seguridad y el cruce de semáforos en rojo, infracciones que se configuran como los principales responsables de los accidentes de tráfico y víctimas mortales, puesto que provocan en torno al 75% de las muertes en carretera.
La automatización se abre paso en la última milla. Con la creciente necesidad de reducir costes y aumentar la eficiencia, los robots autónomos de reparto se consolidan como una solución rentable en entornos urbanos, con un mercado que podría superar los 1.700 millones de dólares en 2032.
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