La Comisión Europea publicó el pasado 2 de mayo una estrategia para favorecer la innovación en materia energética con el objetivo de que la Unión Europea cuente con un sector «de primera categoría» para 2020 y en adelante, según informa Efe.
La comunicación —un documento no legislativo— subraya la necesidad de que se impulse la innovación en tecnologías energéticas que emitan poco dióxido de carbono (CO2) con el objetivo de «reducir los costes rápidamente y acelerar la introducción de nuevas tecnologías en el mercado».
Para ello, el Ejecutivo europeo propone medidas como que se desarrolle una hoja de ruta para el conjunto del sistema energético o que se adopten iniciativas que afecten a todos los procesos en los que puede aportarse innovación.
En este sentido, la CE recalcó la importancia del Plan Estratégico Europeo de Tecnologías Energéticas (SET-Plan), que perseguiría potenciar el desarrollo de las energías renovables y reducir la dependencia de la Unión Europea de las importaciones de combustibles fósiles.
El SET fija como prioridades el desarrollo de tecnologías energéticas como la captura y el almacenamiento de CO2, la bioenergía, la energía solar y eólica, el suministro eléctrico inteligente o la fisión sostenible.
La CE planteó también que se diseñen planes de acción específicos para el desarrollo de las tecnologías energéticas junto con los Estados miembros, y destacó el papel que puede jugar Bruselas a favor de la innovación del sector.
«La contribución de la UE es centrarse en los esfuerzos a larga escala que van más allá de lo que los Estados miembros pueden conseguir de manera individual o bilateralmente, promoviendo la innovación a través de la regulación y la financiación. Esto debe hacerse explotando las sinergias entre los sectores económicos, como la energía, el transporte, la agricultura o las TIC», explican desde fuentes del Ejecutivo comunitario.
Bruselas apostó porque los «esfuerzos clave» se lleven a cabo de manera igual tanto por parte del sector privado como por los Estados miembros a nivel de financiación, y recalcó que la puesta en marcha de las acciones que se adopten tienen que basarse cada vez más en colaboraciones «que permitan [que los esfuerzos tengan] la escala y el alcance necesarios».
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