A partir del 1 de enero de 2020, solo podrán circular por el centro de Madrid (la zona comprendida dentro de la M30) vehículos de reparto «limpios», es decir, híbridos, eléctricos, los que hayan sido modificados para emitir menos gases contaminantes o los que cumplan con la norma Euro 6.
Así lo anunció ayer, 10 de octubre, la subdirectora general de Sostenibilidad del Área de Gobierno y Medio Ambiente de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Elisa Barahona, durante la celebración del III Congreso Nacional de Movilidad y Distribución Urbana Sostenible, que organizó Citet en Coslada (Madrid). La capital quiere cumplir así con los objetivos que fijó la Unión Europea en 2008 en lo relativo a la reducción de gases contaminantes.
Ese año, la UE fijó un horizonte de reducción de emisiones para turismos nuevos de 130 gramos de CO2 por kilómetro para 2015 y de 95 gramos por kilómetro para 2020. Sin embargo, este verano, tal y como denunció Greenpeace, un posterior acuerdo entre el Parlamento Europeo, la presidencia irlandesa de la UE y la Comisión Europea mantuvo el objetivo para 2020, pero introdujo «lagunas». En concreto, se permitirá que los coches con emisiones bajas cuenten el doble en el cómputo de emisiones medias por fabricante en 2020 y vayan disminuyendo a partir de ese momento, lo que dejará la media real por productos en hasta un 97,5 gramos por kilómetro.
Barahona explicó durante su intervención los planes que tiene previsto implantar el Ayuntamiento de Madrid para tratar de reducir la contaminación y cumplir con la legislación europea, ya que en muchas ocasiones la ciudad ha sobrepasado los límites marcados desde Bruselas. Además de prohibir el acceso a la almendra central de Madrid a todos aquellos vehículos de reparto que no sean eficientes, el consistorio quiere potenciar el transporte público y reducir el uso del coche privado. Sin embargo, estos buenos deseos chocan con la realidad más reciente, ya que en los últimos meses el Ayuntamiento que encabeza Ana Botella ha reducido la frecuencia de paso de los convoyes en el metro y de varias líneas de autobuses.
Entre las medidas directamente relacionadas con el transporte de mercancías, el Ayuntamiento se plantea «limitar» el peso de los camiones, coordinar los horarios para mejorar las jornadas de trabajo o potenciar la carga nocturna. Barahona recordó que el transporte por carretera es el principal responsable de las emisiones contaminantes en España y que, en Madrid, el 66% de los vehículos que se mueven son de gasóleo.
Comentarios