Por primera vez en la historia, el coste de producción de las renovables ya se encuentra por debajo del rango de coste de las fuentes convencionales. Los combustibles de origen fósil y nuclear presentaron costes de entre 49 y 174 dólares por MWh durante 2017, mientras que los proyectos en energías renovables se situaron entre los 35 y 54 dólares. El coste medio internacional de los proyectos hidroeléctricos se situó, sin subsidios, alrededor de los 50 dólares por MWh, los eólicos en 51 y los solares fotovoltaicos 54.
Esto es lo que muestra un análisis de la compañía alemana Kaiserwetter, especialista en gestión de activos técnicos y financieros de energías renovables mediante el uso de tecnología digital puntera. La investigación calcula los riesgos inversores en 54 paises hasta 2030, y analiza datos de Bloomberg, UN Environment, Frankfurt School y de la Renewable Cost Database de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que agrupa los costes de 15.000 proyectos comerciales.
“La energía renovable no sólo iguala el coste de los combustibles fósiles, sino que es ya incluso más barata. Las últimas subastas de energía fotovoltaica en Dubai, México, Chile, Abu Dabi o Arabia Saudí, y de energía eólica onshore en Brasil, Canadá, India o Marruecos en 2017 apuntan a que el coste normalizado de la energía se puede reducir a 30 dólares por MWh a partir de 2018", aseguran.
El análisis de Kaiserwetter apunta a que cubrir el vacío de las fuentes fósiles con energías renovables se presenta como una opción más económica que la inversión millonaria que supondría la actualización del parque de centrales nucleares. En los países avanzados, éstas ya han superado (o están a punto) su vida útil de 40 años y se verán abocadas al cierre o a una actualización. Estados Unidos, por ejemplo, ha garantizado renovaciones hasta los 60 años a casi todos sus 100 generadores. No hay legislación que impida renovarlos hasta una vida útil de 80 años, y de no hacerlo el país perdería en torno al 20% de su suministro eléctrico en 2030, pero el coste es inmenso. Los últimos datos del departamento de Energía americano revelan gastos anuales de 6,4 mil millones de dólares en el acondionamiento y modernización de este tipo de reactores.
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