Los aeropuertos de la red de Aena han operado, desde que se decretó el estado de alarma hasta el 14 de mayo, 341 vuelos de llegada con material sanitario. Estas operaciones se concentraron en los aeropuertos Adolfo Suárez Madrid-Barajas, con 171 vuelos; Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, con 95; y Zaragoza, con 42. También ha habido operaciones para garantizar el traslado de material sanitario en otros aeropuertos como Gran Canaria, Valencia, Vitoria o Palma de Mallorca, hasta un total de 12, desde donde la carga se ha distribuido a todo el territorio nacional.
En cuanto a compañías aéreas que han transportado carga sanitaria cabe citar a Iberia, Qatar Airways, Air Europa o las chinas Air China, Hainan, China Eastern y Juneyaoo Airlines. A ellas se suman Air Atlanta, Air Bridge, Atlas Air o Turkish Airlines, entre otras compañías de carga chárter y regulares que también han operado.
Además, también se ha transportado material sanitario y productos para el abastecimiento de la población en las bodegas de los aviones de pasajeros que han continuado operando y en los vuelos autorizados para garantizar la conectividad de las Islas con la Península e interislas. Cabe señalar que, en el marco de su política de responsabilidad corporativa, Aena asume el coste de las tarifas aeroportuarias de aquellas aeronaves que comunican el transporte de material sanitario necesario para luchar contra la pandemia.
La integración de tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas y los gemelos digitales está redefiniendo la gestión logística. Expertos del sector destacan cómo estas innovaciones están optimizando rutas, automatizando procesos y mejorando la trazabilidad en la cadena de suministro.
La fortaleza del producto Global Projects & Industrial Solutions (GPIS) de DB Schenker se basa en su colaboración con operadores líderes en cada modalidad de transporte y logística. Esta estrategia, junto con sus activos y asesoramiento experto, les permite ofrecer servicios de alta calidad a sus clientes.
El aumento de la incertidumbre económica, la mayor desde el pico de la pandemia, provocará una inmediata desaceleración de las inversiones de capital, ya que los proveedores retrasarán los proyectos de automatización. Otras cinco consecuencias más, se uniran a esta, debido a la nueva política monetaria estadounidense.
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