La búsqueda continua de la eficiencia en la entrega de mercancías y las restricciones asociadas al transporte en las ciudades ha generado una nueva solución que promete convertirse en un actor relevante en el ecosistema logístico de las ciudades: el dron. Sin embargo, a pesar de la creciente atención hacia los drones de reparto, es fundamental reconocer que no sustituirán a la logística de última milla actual, al menos totalmente, ya que ha experimentado avances y mejoras en sostenibilidad.
En este contexto, destacan alternativas como los repartos en cargo bikes eléctricas capaces de transportar grandes volúmenes de mercancía, entregas en lockers automatizados o políticas de logística colaborativa haciendo uso de microhubs urbanos. Estas innovaciones han demostrado ser eficientes abriendo el camino hacia una distribución más sostenible, en términos medioambientales y social-económicos.
No obstante, los drones de reparto indudablemente jugarán un papel crucial como eslabón intermedio en la cadena de transporte. Su capacidad para acercar la mercancía desde los anillos exteriores de la ciudad a los puntos de consolidación o hubs urbanos puede agilizar y optimizar significativamente la logística, facilitando la posterior entrega de última milla mediante medios terrestres.
Uno de los puntos fuertes de los drones es su eficiencia en operaciones de emergencia. Su capacidad para llegar a destinos de forma independiente al tráfico en zonas de alta densidad urbana les otorga un valor añadido en situaciones críticas. Este aspecto se evidencia especialmente en áreas congestionadas, donde los drones pueden sobrevolar obstáculos y llegar rápidamente a destinos cruciales.
Asimismo, los drones son una respuesta efectiva en zonas remotas o de difícil acceso, donde las entregas convencionales no son eficientes o viables. Un ejemplo de su utilidad se observa en el caso de La Palma tras la erupción del volcán o en rescates de montaña, en los que las operaciones de entrega terrestre se ven obstaculizadas y los drones pueden llegar a transportar suministros esenciales.
En situaciones de bajo riesgo, los drones pueden convertirse en aliados estratégicos, especialmente en la conexión entre islas o para movimientos de mercancía entre dos puntos en un puerto. Su capacidad para volar sobre el agua abre nuevas posibilidades de transporte ágil en entornos específicos, contribuyendo a la optimización de rutas y a la reducción de los tiempos de entrega.
Si la tecnología está preparada, entonces, ¿dónde están los retos? Principalmente se identifican dos puntos donde hay que poner foco para que los drones sean una realidad: la regulación y la aceptación social.
En términos de regulación, desde las administraciones públicas se están dando pasos sólidos para que la normativa avance y esta vaya alineada con las necesidades reales de este nuevo sector como es la aerologística urbana. Por un lado, hay iniciativas como la del Ayuntamiento de Madrid que aboga por la creación de Comisiones para la gestión del tráfico aéreo, y por otro lado, desde AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) se comienzan a dar autorizaciones LUC, que permiten agilizar los trámites para la realización de vuelos en situaciones de riesgo bajo o moderado.
La sociedad será quien juzgue este nuevo medio de transporte, y serán las operaciones en el día a día y los casos de éxito los que harán que se vea en el dron un aliado, y no un riesgo sobre sus cabezas. En este punto, el valor de los proyectos demostradores es incalculable, ya que permiten ver operaciones controladas e indicadores asociados que dan luz sobre algo desconocido hoy en día.
En conclusión, aunque los drones de reparto no reemplazarán por completo los métodos actuales de logística de última milla, su papel complementario es innegable. Desde su función como eslabón intermedio en la cadena de transporte hasta su eficacia en operaciones de emergencia y en áreas de difícil acceso, los drones se posicionan como una herramienta versátil y valiosa en la evolución continua de la logística urbana. Integrarlos de manera estratégica en los procesos logísticos puede ser la clave para alcanzar una entrega más eficiente y sostenible.
Artículo de opinión publicado en el nº292 de Logística Profesional (pág 38)
En España se reforzarán las contrataciones para esta temporada con alrededor de 200 personas para el procesamiento y aproximadamente 600 proveedores de distribución.
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