Alejandro Aznar, presidente de la Asociación de Navieros Españoles (ANAVE), destacó, en su discurso de clausura de la Asamblea General de esta asociación, el importante papel que el transporte marítimo internacional va a jugar en la sostenibilidad de la economía mundial, tras las novedades normativas medioambientales de estos últimos meses, cuya entrada en vigor va a afectar decisivamente el futuro del sector y exigirle cuantiosas inversiones.
Al acto asistieron el presidente del Consejo Internacional Marítimo y del Báltico (BIMCO), Anastasios Papagiannopoulos; el subdirector general de Seguridad, Contaminación e Inspección Marítima y actualmente director general de Marina Mercante en funciones, José Luis García Lena; el presidente de Navantia, Esteban García y la presidenta de la Zona Especial Canaria, Jimena Delgado; junto con una amplia representación de empresas e instituciones de los diferentes sectores marítimos españoles.
El presidente de BIMCO, Anastasios Papagiannopoulos explicó brevemente el importante papel que juega la mayor asociación mundial del transporte marítimo. Papagiannopoulos destacó la labor de estandarización de los contratos comerciales marítimos que BIMCO inició hace más de 100 años en el ámbito del Mar Báltico y que hoy día se aplican en todo el mundo y abarcan multitud de áreas del negocio marítimo, más allá de los contratos de fletamento. También ha destacado la importancia del transporte marítimo como “piedra angular de la economía mundial”, su naturaleza global y “la necesidad de unas mismas reglas de juego para que las empresas puedan competir a nivel nacional e internacional”.
Posteriormente, Alejandro Aznar agradeció su reelección como presidente de ANAVE para un segundo mandato de tres años resaltó la evolución positiva del comercio español tras los años de la crisis y el aumento de la flota controlada por los armadores españoles.
Entre las novedades del último año en el terreno normativo, Aznar aseguró “que han sido muchas y de enorme importancia”. Ha recordado la entrada en vigor, el pasado mes de septiembre, del Convenio de aguas de lastre, también la del último escalón en la reducción del contenido de azufre en los combustibles marinos a un 0,5% en todo el mundo, a partir del 1 de enero de 2020, y, sobre todo, el acuerdo del pasado mes de abril en la OMI para reducir las emisiones de CO2 del transporte marítimo un 50% en términos absolutos en 2050 y un 40% por tonelada·milla para 2030. “Unos objetivos que van a requerir un esfuerzo enorme en innovación e investigación”.
Para el presidente de ANAVE, “con la aplicación de estas nuevas normas ya no va a quedar ninguna duda: el transporte marítimo será el más sostenible y su aportación a la sostenibilidad de la economía mundial va a ser extraordinaria”. Pero también ha destacado el ingente coste económico que estas medidas van a suponer en concepto de inversiones y aumento de costes operativos, fundamentalmente a los armadores. “La aplicación del Convenio de Aguas de Lastre va a costar unos 60.000 millones de dólares. La del nuevo límite de azufre supondrá unos 70.000 millones de dólares anuales. El coste del cumplimiento de los objetivos de CO2(…) no será menor a las dos anteriores sumadas”, ha declarado Aznar, advirtiendo del tremendo impacto que la aplicación de estas normas puede tener en el sector naviero, comprándolo con la crisis del petróleo de los años 70 del siglo pasado.
“Estamos sometidos por un lado a los vaivenes del mercado de fletes debido a la enorme competencia del sector y por otro, a la siempre creciente insatisfacción de nuestra sociedad con los objetivos medioambientales. En este contexto seguiremos esforzándonos por llevar nuestras empresas adelante, crear empleo y contribuir al crecimiento de la economía nacional”, concluyó Aznar.
Fenandismer denuncia que en los requisitos y condiciones exigidos, la norma solo prevé la posibilidad de adquirir un turismo o una furgoneta tanto nuevo como seminuevo.
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