Después de las críticas vertidas recientemente por la CETM, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) también ha criticado con dureza el modo en el que se ha aprobado la circulación de los megacamiones. En un comunicado, manifiestan que se ha hecho «de modo precipitado» y «sin la prudencia que hubiere sido necesaria».
Desde el Comité recuerdan que apoyaron la introducción de los megacamiones bajo «unos requisitos estrictos», como que esta medida debiera restringirse a una mera prueba piloto en «itinerarios concretos», limitada a un pequeño número de vehículos «perfectamente identificados», y en «un número concreto de viajes».
Todo ello, además, «rodeado de las máximas garantías de seguridad» que permitieran evaluar el funcionamiento real de tales vehículos. Fuentes del CNTC insisten en que hicieron «especial hincapié» en los requisitos de seguridad: carga por eje, radios de giro, velocidad o condiciones del conductor, entre otras.
La realidad, según el Comité, es que «se ha despreciado» su opinión «en su totalidad». Además, insisten, se ha empleado «una técnica normativa deficiente vulnerando de manera manifiesta la jerarquía normativa», lo que servido para introducir «gran inseguridad en el empleo de estos megacamiones». También subrayan que cuestiones como el informe técnico preceptivo generan «muchos interrogantes», así como el desconocimiento del régimen aplicable en comunidades como Cataluña y País Vasco.
Así, creen el visto bueno a estos vehículos se ha producido «de modo precipitado» y «sin la prudencia que hubiere sido necesaria». Asimismo, no consideran que la comparación con otros países en los que ya son legales (como Holanda) «pueda servir de excusa», pues consideran que «ni su orografía es idéntica ni, desde luego, se ha aplicado el mismo procedimiento». Para el CNTC, «como se ha dicho gráficamente», se ha pasado «del conjunto euro modular al hispano modular, con las complicaciones que ello puede suponer».
La automatización se abre paso en la última milla. Con la creciente necesidad de reducir costes y aumentar la eficiencia, los robots autónomos de reparto se consolidan como una solución rentable en entornos urbanos, con un mercado que podría superar los 1.700 millones de dólares en 2032.
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